martes, 24 de mayo de 2011

Las disciplinas son convencionales y limitadas; la creatividad, por definición ni tiene límites, ni es convencional, ni es posible atraparla salvo por la alusión a una absoluta libertad

[©SmcArq] Más allá de la subdivisión del conocimiento y de los logros y actividades humanas en disciplinas, hay una especie de continuo que es el que pueblan los creadores entre los hombres.
No es sólo por Ciencia que los científicos alcanzan sus logros, como tampoco es sólo por Filosofía que los filósofos obtienen sus sistemas de pensamiento, como tampoco es sólo por Arte que se logran las Obras de Arte; tal lenguaje, que establece cajas estancas y no relacionadas, es un artificio para entendernos entre todos a un nivel, digamos, "convencional".

La iluminación y la construcción de formas elegantes o el logro de nuevos arquetipos, como por ejemplo la utilización de un lenguaje poético para decir o para representarse ciertos aspectos de la vida, la existencia y la percepción de la realidad (o sus variantes deformadas o transformadas) es algo que campea en todos los ámbitos; nada mejor que un poco de caos sobre la percepción encajonada de la realidad para poder ver desde aquella instancia a los nuevos ordenamientos y realidades capaces de permitirnos la estructuración de nuevas maneras de ver el mundo, acaso más amplias, más generales.
Los científicos, dentro de su manera de actuar pasan por estados tan imaginativos como cualquier artista, y a la vez los artistas pasan por estados tan severamente objetivos y capaces de percibir al fenómeno por sobre toda fantasía como sus aparentes opuestos simétricos.
Dentro de un ámbito de meditación intelectual avanzado, las barreras entre ciencia, arte, filosofía, poesía, teatro, pintura, matemáticas, lógica, lingüística, semántica, epistemología, surrealismo, etc., etc., etc., desaparecen...
¡OTRA COSA! (otra cosa) es la sistematización del producto de tal actividad, imposible de definir o delinear o sugerir, ya que en cada caso es diferente (hablo de los casos valiosos). Y otra cosa es la actividad mediocre de científicos mediocres, de artistas mediocres y de filósofos mediocres, etc., etc., etc., ya que ellos se encuentran sumamente encajonados en sus actividades; ahí el pintor pinta según técnicas reconocidas, sobre soportes reconocidos y realizando imágenes y resultados reconocibles; el filósofo se expresa basándose en otros colegas estableciendo distingos sutiles y carentes de toda substancia, etc.
Lo que intento es  delinear lo siguiente: los verdaderos creadores distan mucho de poder ser clasificados dentro de cajas estancas, y sus resultados son bastante extraños, sorprendentes, irreconocibles si se quiere, excepto por sus esfuerzos de volcar tales resultados a lenguajes estandarizados, desde cualquier disciplina.
Para lograr cosas potentes, lo menos interesante es darse a un goce lingüístico discursivo reconocible permanente; el tanteo de nuevas fronteras nos arroja a todos palpar a ciegas sobre una materia irreconocible, extraña, difícil de identificar, salvo por la manifestación de obras; estas obras son los logros realas, ya sea desde el arte, la ciencia, la filosofía, o cualquiera de sus productos intermedios. No olvidemos que hay cosas que son difíciles clasificar a priori a qué ámbito pertenecen.


En el caso del "arte-ciencia-diseño-técnica-ingeniería" (dicho así para manifestar la multiplicidad de identidades que algunasd cosas pueden contener) están esos extraños animales movidos por el viento que sin duda que han sido productos obtenidos desde una investigación extensa, realizada con el fin de perfeccionar sus articulaciones, movimientos y cuerpo en general.


Hablo de las propuestas de Theo Jansen, a quien rindo homenaje por medio de este post. Raro será intentar calificarlo desde un solo punto de vista, siendo él el mejor ejemplo que podría haber encontrado para hablar de este tema que me apasiona.

El caso de Nietzsche es muy bueno también para este caso; él es un "poemista" (de los que escriben en algún idioma poemas en prosa), que logra un contenido filosófico desde aquel soporte expresivo.

El fin es suscitar acción futura desde las propuestas, y que esa acción sea completamente atingente a la impronta inspiradora.

Si tal recíproca retroalimentación se logra, la Obra es genial, desde cualquier aparente disciplina.


La reciprocidad a la que aludo puede ser lograda indistintamente desde cualquier actividad humana, siempre y cuando ella mezcle, en su justa medida, todos los ingredientes necesarios que el lenguaje convencional idiomático separa según disciplinas.
Esto que digo, en todo caso, no es nuevo ni por ventura. Pero para mí, así dicho, resulta de gran ayuda.


Más allá de la subdivisión del conocimiento y de los logros y actividades humanas en disciplinas, como decía en un comienzo, hay una especie de continuo que es el que pueblan los creadores entre los hombres.

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"Los Caminos Paralelos de la Construcción de la Civilización y la Pura y Simple Iluminación Preliminar"

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