viernes, 13 de abril de 2012

[Apuntes dispersos para certezas futuras] "El Nacimiento de Venus" de Sandro Botticelli...

[©SmcArq] 1) Siento que ni siquiera he entrado a lo más importante de esta obra. Es muy extraña su impenetrabilidad, dada su evidente potencia tanto en lo literario como en el manejo de las profundidades distorsionadas. De alguna manera Botticelli escribió su cuadro; todo se vuelve paradigma en él; las flores son otra cosa, Venus es otra cosa, los otros personajes son otra cosa, el entorno es otra cosa, los rizos del agua, etc, etc, etc. Todo es otra cosa. La mirada de Venus es otra cosa; mira hacia donde nadie puede determinar, y así.


2) "¿Cual es el motivo profundo que llevó a Sandro Botticelli a excluir de su trabajo a la perspectivezca profundidad renacentista?", me preguntaba a través de un twitteo concluyente. La respuesta aún no la tengo, sin perjuicio de haber tenido algunas ideas de mis amigos en la red social más extendida. Andrés Zagal decía "la cercanía del modelo". Mario Miranda decía "La realidad de Botticelli no estaba en el espacio que los artistas de esta época apenas comprendían, sino en la fidelidad del objeto y uso el color y las líneas en su máxima potencialidad". También me recomendaron, vía twitter, un libro que aludía al simbolismo de la profundidad renacentista.



3) Anteriormente a ese twitteo escribí lo siguiente: "Complejísima obra de arte renacentista, ante la cual es sumamente difícil establecer una jerarquía de partes preponderantes completa, tanto sea por su ubicación como por sus dimensiones y sentidos pictóricos. Ejemplos de partes; las flores que caen, la costa distante, la costa cercana, las volutas de las aguas en la orilla, la mujer central, el molusco sobre el cual se para, los personajes que la rodean, la vegetación, los ropajes, los dibujos de los ropajes, el horizonte, etc. Pintura plagada de aderezos culteranos, históricos, alegóricos y simbólicos de los cuales un espectador común y corriente no puede saber ni adivinar pero que le llegan desde diversas fuentes ajenas a la pintura.
El desafío al apreciar esta obra es poder comprender las claves de composición intrínsecas las que, sumadas a los elementos existentes en la pintura, podrían arrojar algunas luces, no necesariamente relacionadas con toda la literatura que existe en relación a esta propuesta.
Es demasiado lo que se habla de El Nacimiento de Venus, pero lo que se dice no necesariamente está EN la obra"


4) Por mi parte cité complementariamente a lo dicho en el numeral anterior, a modo de apronte, lo que llevo avanzado en este tema en mi inconcluso libro "REFLEXIONES ALREDEDOR DE UNA ÉTICA EN LAS ARTES".
Digo ahí: "Botticelli declara un nombre específico para esta pintura, y desde tal nombre esta se explica por su esencia alegórica. Venus no es una persona, como nadie en el cuadro esencialmente lo es. Hay surrealismo explícito en esta especie de esquiva personalidad de los individuos, por muy mitológicos que parezcan. La mitología posible se torna alegoría, pues es posible que tal medida de percepción haya sido siempre la recurrida por quienes tuvieron “a los dioses” como entidades portadoras de personalidad. El cuadro es representativo, ya que nada es lo que esencialmente aparenta; toda representación acude a esto para presentar a lo otro.
Este nacimiento se hace evidente por la concha de ostión sobre la cual la hermosísima mujer desnuda nace como si fuera una perla. Entonces Venus no nace, es lo que Venus representa lo que podría estar naciendo. Y en términos bien extremos, es la mujer del medio la que representa algo que nace (nadie sino Venus podría estar naciendo aquí, por cuanto la mujer desnuda es el centro de la pintura hacia lo cual convergen desde la tierra y desde el aire a prestarle atención, para los fines que vengan al caso).
Venus naciente es como una perla que nace entre la tierra y el agua, con un aire explícito en quienes llegan volando. Puedo estar imaginando esto, pero resulta demasiado coherente el presentarlo; nace Venus entre la tierra, el agua y el aire; el ser alado le sopla algo, que podría ser la vida, ya que ella se encuentra suspendida en una mirada perdida y distante de las cosas que suceden a su alrededor. Desde este punto de vista inmediatamente anterior, a la manera como precisamente en La Última Cena de Da Vinci el momento exacto que se representa es cuando Jesús dice algo a los asistentes a la comida que los deja convergiendo al centro del cuadro, en una actitud de sorpresa, el instante preciso de esta obra es el inmediatamente anterior a que Venus cobre la vida que espera; la mirada de Venus es clave en todo esto; ella aún no vive y se han desgranado alegóricamente las partes constitutivas de lo que Sandro Botticelli consideraba que pudo haber sido el nacimiento de lo que Venus representa, de lo cual no entraremos a hacer exposición detallada aquí desde lo que podría averiguarse, ya que lo que Venus representa, para que esta obra sea potente, debiera estar intrínsecamente registrado en su cuerpo; ella está desnuda, y su cuerpo desnudo es al menos “bonito”, sin perjuicio de unos pies muy grandes, de unos hombros muy caídos y de unas caderas no necesariamente sensuales. Convengamos en que el conjunto de las partes del cuerpo de Venus es a lo menos “bonito”, pero en principio inerte."


5) Es impresionante la rebeldía de Botticelli ante el nuevo descubrimiento de la perspectiva. Es como que no existiera; me recuerda a J.S. Bach componiendo anacrónicamente.
Botticelli es admirable en su valentía, rebeldía y modo independiente de pintar/dibujar y de componer.


6) Mi perplejidad acerca de este artista es permanente. Sus obras son delicadamente poderosas; abarcan muchas cosas a la vez; detecto simbolismos, alegorías, composiciones, ordenamientos abstractos, sentidos y detalles que siempre anuncian cosas que no se alcanzan a detectar de primera mano, pero sus obras siempre atrapan, en mi caso durante años.

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