Ilusos e ineficaces quienes esperan su "Especie de Príncipe Azul Electoral" para, recién ahí - no antes - tener la bondad de levantar su (si disculpan mi léxico) sacrosanta retaguardia e ir a sufragar.
La fórmula seria la siguiente:
Aunque tuviéramos que elegir, excusando la exageración, entre Jack El Destripador y Huriah Heep, no debiéramos evitar pronunciarnos activamente, para evitar que el peor entre ambos arribe a la casa de gobierno, municipio, concejo, congreso, etc., sin perjuicio de cualquier otra acción que consideremos pertinente realizar, respecto de los individuos postulantes si las evidencias son claras, objetivas y orientadoras.
Podría resultar una buena excusa para la cómoda inactividad, con la posibilidad de destinar el día a panoramas mas placenteros, esto de condicionar la emisión del voto a que el Mesías - y solo el Mesías - sea el único merecedor de nuestra atención democrática y, acaso, desequilibrante. Mientras tanto, nada.
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