2011

[©SmcArq] Pasamos por tiempos interesantes; todas estas cosas relacionadas con los que se "indignan" desde la galería, sin ningún protagonismo asumido desde la acción personal cotidiana e intransferible, sumados a la inmensa revolución informática provocada desde la manoseada web 2.0, que nos permite la autoedición universal, nos entregan este estado social exacerbadamente chocho con su poder de coordinación y barrunteo.

Yo creo que estos tiempos son más interesantes que lo que muchos dicen; los cambios de los años 60 serán alpargata vieja al lado de todo lo que realmente está pasando con nuestra absoluta interconectividad, consolidada desde nuestra capacidad de decir lo que queramos a los cuatro vientos, para ser oído en cualquier lado instantáneamente, casi (casi) sin intermediarios, con todo lo malo y todo lo bueno que esto lleva. Los ociosos se dedican a lo de siempre; a citar paradigmas en permanente revolución; los productivos a lo suyo, pero paso a paso lo primero se desnuda y lo segundo se revela.

A diferencia de lo que muchos piensan, con toda la instantaneidad actual, es solo cosa de tiempo (no de este momento) el que todo se vaya replegando a su verdadera jerarquía.

Vivimos tiempos de cambios profundos y permanentes, no contingentes ni "históricos"; vivimos tiempos de cambios de cosas eternamente surgidas desde nuestra naturaleza artificial, donde todos los movimientos de la "realidad" comienzan a ser parte del latido de la web. La gente se enamora primero On Line, y después concreta sus citas definitivas, o claramente terminales; las impresiones hipertextuales se encaminan para después reconocerse "con conocimiento de causa" y cuando todas las preguntas preliminares ya han sido respondidas, estando el mundo de las expectativas cada día más replegado a la acción directa, a la espera de la conjunción de individualidades, más que al partidismo reaccionario de carteles y gritosdestemplados; hoy en día la acción y la reacción son dos aspectos de una clara tendencia a la unidad. Actuar y reaccionar no deben distinguirse; actuar es reaccionar, y reaccionar es proponer, no exigir; los tiempos de la exigencia se terminan, para dar paso al tiempo de la consecuencia de la propia motivación coordinada en tiempo real.

Preocupémonos de que nuestra interconectividad funcione, que lo demás vendrá por añadidura.