[©SmcArq] A.- Solo queda algo que se diluye en su propia posibilidad de ser asido, pero tal factible circunstancia se repliega en su presencia única y convertida. B.- Entonces nada ya es algo, salvo por la intrínseca tensión de separar aquello que no es, con respecto a lo que sí es, en cuanto dualidad. C.- ¿Es el tránsito de la nada hacia algo un vacío vectorial tan imposible de asir como la primera circunstancia abandonada?. Ch.- ¿Cual es esta especie de paz personal que aludo?. D.- Vaciado el mundo. Este que tenemos. Dejado de la mano de Dios. Vertido a su soledad. Acabado para nosotros, ¿queda nuestra nostalgia palpitando sin que podamos, ya, saberla?. E.- ¿Esperanzadora será la renacida y desalojada llanura donde ya todo fragor ha terminado, y donde solo se asoman los vestigios de todo cuanto quiso mantenerse a buen recaudo de aquel dilatado confín humano que tarde o temprano podrá desarrollarse a expensas de su propio desaparecimiento?. F.- Amamos nuestra persistencia, y desde ella nos consolamos, inclusive desde esta invernal tranquilidad que nos acoge y nos aísla. G.- Se nos anuncia lo peor. Por cada década tenemos nuestro propio apocalipsis, y como niños corremos a su encuentro, como repta la serpiente hacia el agua del oasis. H.- Y así, con esta paz extraña, con tal sensación de vacío, con semejante agrietamiento de toda plenitud, desde esta imaginación amarilla y azotada con el fanal deshidratado de una esperanza caída, amo cada cosa de esta Tierra. I.- Y deseo su aventura como quisiera saber de su destino, que no soy capaz de ver entre tanta miserable anunciación entretejida. J.- Mi corazón, a mi manera, con mi libertad renacida desde personales desarraigos, sabe del furor de un amanecer hecho carne en mi retina, en mis oídos y en cada célula sensible al tacto atenuado de los elementos, que se congregan alrededor de mi simple, autosuficiente, adulto y resignado cuerpo de varón de humana contextura y desaliñada etiqueta. K.- De alguna manera me empodero de mi suerte y la administro, y percibo ese aire fresco de auto sustentabilidad apoyada en una docena, o más, de concesiones dispersas y perfectamente imaginables. L.- Pues soy uno más, respirando esa anhelada calma de una víspera aduladora, de la cual no me fío, a sabiendas que nada llega de regalo, salvo cuando menos lo esperas y has labrado una vida para fluir sin tales merecimientos. M.- Cuando menos te lo esperas te abraza la vida. N.- No necesariamente será digna de tu libertad toda aparente circunstancia luminosa, pues solamente en las manos del vidente se desencadena, a la suerte natural de su justicia, la aventura dolorida y poderosa de un amanecer acontecido y deslumbrante. Ñ.- O no; tal es la apuesta sin nada que poder reconocer, salvo el resultado de cada una de tus apuestas. O.- Pero no te entregues al juego. P.- Orienta tu deriva, sin que ella desaloje a su más querida esencia. Q.- Así ni tu culpa ni tu negligencia podrán apuñalarte. R.- Disponte ante ti; a todo respeto y fuera de toda inicial desautorización. S.- Mantén el rumbo. T.- Enfrenta al oleaje de alta mar. U.- Acepta la calma, y en ella no clames por la tormenta. V.- Deja salir a tu dolor. W.- No fuerces al destino. X.- Elige tu campo.- Y.- Cultiva en él las flores de la propia semilla hasta el propio florecimiento. Z.- Reconoce, ante todas las cosas, a aquellos silencios y aquellas hondonadas que no hacen sino anunciarte el advenimiento de tu propio amanecer.-
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