domingo, 24 de abril de 2011

Comentarios Relacionados con un Trazado Sumamente Abstracto e Impenetrable Lingüísticamente.

"Sin Título" / Autor: Harold Hopfenblat
[©SmcArq] Esta maraña aparente esconde un orden absolutamente ininteligible. Pero no por eso deja de mostrar su pulso y su cadencia al recorrerlo y disfrutarlo. Este - llamémoslo así por mientras - "dibujo", es abstracto a extremos bastante difíciles de superar, pues tal encuadre (a esta fecha ya desaparecido en la realidad por su propio avance en pos de un a obra mayor) da cuenta de un acomodo exitoso más que de un sometimiento resignado, y aunque estemos hablando de artistas sumamente experimentados, la abstracción expresada en los distintos grosores e intensidad de esta obra se consolida a tal punto, que debe ser asumida como un premio, como un hallazgo más que como una simple costumbre; a ella se la registra con una profundidad que es casi externa a los trazos. Ellos, los trazos, son en sí; son silenciosamente poderosos; son decididos, delirantes si se quiere, pero potentes, desde una especie de cerrazón formal indiscutible. No son rayas, no es (si me apuran) un dibujo propiamente tal, no es una pintura, y es más que un grafismo frenético, que se alcanza de este modo solamente cuando se establece una especial comprensión del especulado movimiento de manos y brazos con un ojo distendido, pero alerta, en su aprehensión del pulso que deja vagar al lápiz por el soporte, de manera tal de lograr esta diferencial cuasi-textura que se entrelaza con su estructura general a extremos dificilmente predecibles. El autor debió calzar su ímpetu con su técnica, y debió calzar su ímpetu con su especie de medida de la cadencia al atacar el ¿papel?, para lograr semejante complejidad ambigua, atacando precisamente la huella del recorrido del lápiz sin más ayuda que su intensificada o amedrentada presión sobre el blanco (o gris, o blanco heterogéneo), a no ser que se haya logrado este excelente resultado con - especulando - simplemente rayar una página translúcida para sobreponerle otra, lo que haría mayor el logro desde su épica acometida, pues calzar de este modo dos partes tan distintas es cosa de especial circunstancia y de singular sensibilidad. Pero igual se emplaza en su soporte dando cuenta de él y de su manifestación, con logros parciales caóticos, con el fin de establecer la unidad a extremos asertivos excepcionales, los cuales no se dan frecuentemente sin una actitud profundamente sinérgica.

Es como si el encuadre y poder de estos rayados estuvieran en su máximo esplendor desde la incomprensibilidad completa a la que nos deja enfrentados.

El compás de recorrido de sus desarrollos trazados no dicen qué, cuando, cómo, por qué ni para qué, y tal misterio es su fuerza.

Simple acometida formal perfectamente cerrada en si y para sí.

Si fue un desvarío, estuvo magistral. Si fue un dibujo, nunca sabremos a qué apuntó, si estuvo basado en una figura, difícilmente podremos siquiera conjeturarla, así que desde el desconocimiento es que podremos seguir hablando embelesados sin llegar a un puerto más seguro que el mismo lugar donde estábamos al partir esta aventura. Pocas veces he quedado tan sin palabras centrales y capaces de arremeter al centro de una propuesta como ante esta hacia la que ahora intento ineficazmente entrar en pos de su ley, su estructura, su orden, o hacia la impronta de esta acometida tendiente a su consolidación como Obra de Arte.

Pero algo quisiera rescatar que, de alguna manera, contradice esta inasibilidad expuesta; podría haber una clave de orden y jerarquía; está en una simple curva gruesa trazada a la izquierda y arriba de esta obra; ella marca una presencia que contradice la "quebrazón generalizada e imperante" y logra establecer un contra-canto que dualiza lo múltiple. Esta curva gruesa, manifiesta y poderosa es, o sería, la manera, tan abstracta, de lograr la unidad inasible que he expresado.

A lo anterior se suma el juego de grosores e intensidades, del negro al gris, que imponen ciertas diagonalidades que aparecen y desaparecen al recorrer este trazado

Me pregunto cómo podemos los hombres hacer cosas así de intrincadamente poderosas en su completa y desencadenada "mismidad" y "autismo" formal.

Mi reconocimiento a Harold Hopfenblat Casanueva, autor de esta propuesta, aparentemente hecha "a la pasada". Lo que pasa es que los aciertos no necesariamente son parte de un esfuerzo enconado. La iluminación llega donde menos se piensa, sin perjuicio de que, como decía Picasso, es mejor que nos sorprenda trabajando.

Si no alcanzan a percibir la inmensa libertad y autonomía de este trabajo, se están perdiendo de algo interesantísimo.

________________________

Análisis Esquemático
PD: Harold Hopfenblat Casanueva me ha señalado a través de un email que la imagen que constituye el supuesto trazado que aquí analizo ya no existe como tal, por cuanto existen aproximadamente unos 6/7 [seis séptimos] más, desarrollados sobre una pared blanca de su casa; entonces tendremos que aclarar que esta obra es realmente un híbrido denominable como Mural Dibujístico-Fotográfico, por cuanto para tener a la vista lo que hemos descrito en este texto, se ha tenido que enfrentar una pared y recortar fotográficamente - de un soporte mayor, y desde una obra incompleta en su momento - esta parte, realmente excepcional.

Estaremos a la espera de nuevas fotografías que el autor acaso pudiera enviarnos, para ir conociendo el avance de esta propuesta, viva como la iluminación que pudiera sobrevenir.


Suerte al autor...

No hay comentarios.:

Para ir a la Página Principal de este Blog hacer click AQUÍ

Linkwithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...