[De mi antigua bitácora.
Fecha original de Publicación
20 de Marzo de 2007]
[©SmcArq]
Todo exceso resulta a la larga desventurado
Hasta la mayor de las dichas
se torna en prisión
cuando persiste
denegando la alternancia del carácter
El propio compás de los estados
marca la iluminación del mundo
forjado por la concurrencia de la vida
que somete ante sí
el clamor del viento
a sus propias impaciencias
Ser lo que el mundo aparece
como luz del propio fragor
ante el propio reflejo acontecido
Para dar a luz al fulgor
que ilumina al nuevo día
y amanece ante el fanal de la conciencia
Ya dicho,
todo exceso
resulta
a la larga
desventurado
pues el exceso rebasa a la templanza
del espíritu abandonado a sus latidos
(Por ejemplo la flor
florece para alcanzar su esplendor
tras el cual se cierra para sí
retirándose a la gestión de su propia esencia
Y nunca
la flor
desde su erupción de color y turgencia
buscará transponer su orden de belleza
para ser aquello insuperado)
Ni el amor ni la tristeza
constituyen campo de contiendas
por lo que ellos no se miden
como lo haría el auriga
con su siguiente desafío
En demasía
nada
se maravilla,
y en demasía
todo
decae
Esta es la ley de la templanza
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