1/“ La Inasible Sensación Que Se Tiene Cuando Se Está Potencialmente Creativo”.
2/“Antecedentes y pormenores de un acto especulativo en relación a cómo se formaría una obra pictórica magistral, si tuviera, yo, el talento necesario como para pintar lo que soy capaz de describir textualmente a modo de Síntesis Final de un Siglo que aún no termina de entregarnos sus Pulsaciones de Esplendor Paradojal”]
16 al 20 de Abril de 2010
El lenguaje utilizado será sumamente áspero. De alguna manera, hoy por hoy no tengo otro modo de establecer mis afirmaciones en este ámbito sino como radicalmente expuestas, con frases abiertas, como lo estaría un cadáver en plena autopsia.
I
Cifra Inicial
Podría llegar a pensarse que es de una “afortunada elección de detonantes previos” el que acostumbremos a dar con propuestas calibradas desde lo que sería adecuado llamar “la propia y pertinente combinación de aires, materias y sentidos” en pos de una búsqueda fáctica de índole estética
[…“búsqueda fáctica de índole estética”; acción que atiende a una simplificada tendencia a generar la sensación de un orden manifiesto, que es el meollo de sus partes constituyentes. También se puede llamar a esto Arte].
Dicho lo anterior, en un estilo “comprimido”, acaso sintético y ojalá no tan cifrado, continúo…
II
Instrumental Aforismo Analítico de Contrapunto:
Es tan absurdo pedirle al artista que se ocupe, así como meollo de su quehacer, de cumplir con tareas propias de otros ámbitos como son la política, la sicología, la ética, la religión, como absurdo es pedirle a un médico que opere de urgencia, según el modo que mejor sirva al trabajo fotográfico de registro documental de tal intervención.
Tanto lo uno como lo otro distrae de un centro esencial posible, acaso obviamente, de intuir.
III
Desarrollo propiamente tal:
Intentaremos merodear el tema que dice relación con algo que llamaré preliminarmente como “las nubes de presencias diversas de variada índole y perceptibles como azarosas imágenes o sensaciones” en el momento mismo en que se desea comenzar a elaborar una obra de arte.
A
Perogrulladas:
Cuando estoy a punto de iniciar alguna búsqueda de caminos que me lleven a alguna propuesta artística de interés, tomo cosas dispares que se configuren en mi pensamiento o ante mis sentidos como factibles de ser conectadas. El meollo del proceso creativo va por el lado de encontrar, inventar, especular, imaginar o tentar con alguna manera de mostrar coherencia y credibilidad de lo que se materializa como “atendible”; acaso difusamente rescatable, llamativo o de interés. El motivo radica en las intensiones de cada agente artístico, pero es desde un vacío preliminar, rodeado de posibilidades, que se da la producción artística.
B
Sin embargo ¿para qué hacemos esto?...
Fuera de toda función preeminente huimos hasta este modo de hacer que señalo, que es contrario a toda urgencia, como lo que sería rescatar a un individuo que se ahoga desde una piscina, o apagar una fogata que amenaza con extenderse hacia un bosque, o ayudar a levantar viviendas de emergencia para pobladores damnificados por alguna catástrofe natural, o prepararle la leche a los niños, o hacerles la cena, o lavarles la ropa, o en otro caso más complejo, producir piezas de fierro fundido para fabricación de mecanismos de enseres de cocina.
La producción artística tiende a ser plena dentro de lo que podríamos calificar como “un ámbito de inversa gestión” hacia una misma función humana.
Sabemos o estaremos de acuerdo, aunque preliminarmente no lo tengamos tan explícitamente consciente, con que el hacer desde un arte “puro” es por sí y para sí, y merece su dignidad, como la merece la búsqueda de una sanación contra alguna enfermedad que merma la felicidad de tantos en el mundo, luego ¿a santo de qué alguien pudiera decir que todo arte puede esperar que cada urgencia encuentre su camino de solución antes de poder optar a desencadenarse? (ejemplo; “déjate de pintar y ponte a ganar dinero vendiendo calcetines de lana para que puedas vivir mejor”).
C
Todo arte merece estar paralelamente investido de su potestad, para dejar el mundo de las potencias y dirigirse hacia el mundo de los hechos palmarios, tanto como la más urgente herramienta, insertada en el mundo como esencial para su continuidad de espacio hacia la habitación y florecimiento de la humanidad, puede hacerlo. Aunque es difícil pensar que el arte se pueda dar adyacente a un desembarco de implicancias bélicas como las acaecidas en Normandía. Pero estuvo ahí Robert Capa para recoger desde su lente el acierto más pleno, con su valentía, con su arrojo, con su llamado a ser el primero en dejar que la muerte hiciera su estreno, como plenitud de tantos ante el sacrificio de alguno llegado al mundo con el fin último (bien dicho) de ser el cordero sacrificado de un testimonio erigido como un futuro imaginario colectivo, centrado en específicos aciertos elevados a tal categoría a veces más por convención que por méritos cotejados persona a persona.
Intenten captar este esfuerzo de lenguaje que repta como una serpiente por un desierto que podríamos llamar “la voluntariosa necesidad de no dar nada por subentendido, o acaso lo menos posible, sin abandonar un modo de decir que pueda ser captado más por muchos que por pocos y no a expensas del rigor lingüístico”.
D
Entonces dejamos al mundo caminar hacia su proceso de edificación; hacia su proceso de ensamble, yendo por senderos que pocos o casi nadie comprende como pertinentes, para dar testimonio de un cierto modo de ver que puede ser, siempre con una potencia extrema, la forma de un evento trascendente que concierne al intelecto en su capacidad de pertenecer a un lenguaje compartido pero que de tan limítrofe o sublime esconde su evidencia.
E
El arte como ámbito de identidad entre tantos seres humanos, es campo de apertura lingüística pertinaz entre tanta urgencia e incomprensión, no siendo lugar de correspondencias lineales, ni propias de un montaje fruto de convenciones nacidas desde la necesidad estadísticamente demostrable por tantos, como usuarios puedan enrolarse hacia su oferta de consumo y posesión.
F
Es tan difícil arrimarse a todo esto.
Intentemos comprender lo siguiente; nada está justificado a priori, y el arte debe, a riesgo de su propio fastidio, demostrar que pudo en su cabalgata, con todo aquello que cayó en sus manos, ya sea como contenido profundo, o como gesto vacío y meramente disponible, cual calce de miembros nunca antes generados para tales fines, pero que desde la potencia de su autor pueden terminar siendo el cuerpo explícito o virtual de una energía, metafóricamente hablando, capaz de abrazar el silencioso ser del hombre como respaldo o como sazón de una marcha austera y predecible.
G
Es como si la obra de arte estuviera para ser descanso de un alma que no sabe de un cansancio que no siente, no presiente ni presume; el arrimo del arte es el reposo de una esencia que calza con un ser imponderable, que sorprende su marcha eficaz para darle aroma de trance y poder sutil que sabe de un tierno y somero manejo del alma del otro.
H
¿Cómo un padre puede arrimarse al hijo, sin el ejemplo discordante y sorprendente de un trazo gestual que agota el frenesí de un trance en su equilibrio abstracto de color en porte de forma y sombra albergada, en su silencio, sigilo y ternura, cual vuelo de trazo celeste enrejado por su aroma y su instinto poderosos?. O dicho de otro modo ¿cómo abraza a su hijo el hombre que no hace ensamble del regazo que conmueve y sublima, si antes mató, por su trabajo, a un toro para hacer de él la sangre, el cuero, las pezuñas y el descuartizamiento esperado de una misión de dolor y justificada multiplicación de partes disgregadas para tantos fines, como materia se genera de tal armonía derribada?
I
Pues para tales ejemplos ponemos nuestro afán, con tal de entender (ante inclusive nosotros mismos) que sabe nutrir el artista, por hacer un juego de surgimiento de milagrosa especie de vida en suma, al mundo del reunir lo “irreunible” que nace de un cuadro, o de cualquier otro evento similar, como porta la vena la sangre de un mundo entregado a su mero ir sin retroceso, ni vuelta atrás.
J
El arte es un tipo de aspecto de la vida de los hombres que mora en ellos como se guarece el instinto de sobrevivencia. No tan evidente, pero siempre presente. Les doy un ejemplo de arte, pero esta vez aplicado; con arte se actúa sobre un hecho tras el logro y la materialización de una intensión, que se encarna en un arrojo propio de la reunión del alma, de los sentidos, del cuerpo, de la intuición y de la ignorancia hecha inversa valentía; actúa con arte quien se debe a la concreción de partes reunidas como un logro propio de su calce sobre un fenómeno percibido, acometido y transformado en cuanto potencia que busca su cupo sobre un hecho que superó su trance de no ser al ser, y que en tal situación retuvo en sí, como parte de su identidad, el desafío de ser la indeseada porción de mundo a resolver y mejorar.
K
El arte buscará siempre la mejoría de las cosas del mundo, y tal edificante sentido de ser querrá darse en la fáctica manera de poner en orden las cosas con las que se cuenta, desde la humanidad del artista, avenido como agente rector.
L
El arte puede, en este contexto, ser pensado como un colmo, cuando este sucede en la confluencia del autor con su obra lograda, como cuando esta se explaya ante “los otros” con la potencia original que acusa, expone y señala, con silencio, sigilo, bombarda o tronadura indistintamente.
M
El arte, hecho consagrado oficio por su autor, no sabe de molde, y acaso ni siquiera sabe de peregrinas multitudes de potencias.
N
Finalmente propongo, a título de conclusión preliminar, atendiendo a todo lo expuesto, que el arte que se le atribuye a los eventos del mundo, acaso siempre será portador de un sentido constructor de límites referenciales hasta donde y/o desde donde tantear las propias fronteras de ese "lugar mundano" que más suele ir de expansión que de lo contrario, por mucho que la historia recicle sus aciertos y errores de vez en cuando.
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