jueves, 25 de septiembre de 2008

Soviet

Erguido el monumento detenta ante sí la explanada inconmensurable de estepa y pastizal sobre el cual desfilan los innumerables tanques y misiles desbordados en poderío y potencial detonación. El hormigón bruto y grisáceo recorta desde sí ante el sol que lo fragua su moldeada seña del índice señalando el destino y la ruta de las masas convertidas al dios virtual del orgullo y la esperanza, sustentada por las otras subrepticias maneras de la guerra y la argamasa del poder y la fortuna, que nunca jamás dejará de latir en las almas de quienes los gobiernen.
Los lustrosos zapatos gigantescos sustentan sobre sí a un niño desentendido que juega con la seña y la manera del coloso argumental de erupciones y combates desde si y hacia su entorno. Amenazadamente se debate en sus ropajes por su estío y marasmo, mientras caminan hacia sentidos encontrados los turnos de la refulgente industria que mira y se orienta en la senda del hombre que impulsa su suerte en su mano que enrostra al futuro la senda adherida. Sus sonrisas se recortan sobre gorros de una piel lustrosa y preclara que mantiene una estertórea esperanza voluble, mientras los campos repliegan las gavillas doradas bajo el sol tibio y pasajero que perpetra su regalo en pausas de nevazón e infierno blanquecino.
Como si todo detuviera su marcha se estrangula el olvido de un pasado erigido en su huella y su apuesta cual refriega y mansedumbre en fortuna asegurada que estipula y determina; que desangra y fortalece.

3 comentarios:

Lilian dijo...

Presentas una imagen potente. Que inspiro este texto aludiendo a la ex Union Sovietica?
Saludos :)

Sergio Meza C. dijo...

En definitiva tengo sentimientos encontrados con el tema.

Me impresiona mucho la impronta monumental de las ciudades, plazas, arquitectura, monumentos y otras manifestaciones de este imperio, que otra cosa no fue.

Pero estoy conciente que la así llamada Revolución Rusa, como otras tantas efectuadas a excusa de tantas ideas e ideologías, acaso antagónicas entre sí pero con las mismas o similares repercusiones, dejó una huela de devastación de proporciones.

Secaron mares, quisieron borrar el territorio, la memoria, y otras cosas tan grandes o tan profundas, que en verdad mis percepciones son las del texto; conmoción, sorpresa, admiración, molestia, admiración, etc; todas juntas ellas, en una extraña danza que mira el pie del coloso jerarca y sobre él, al niñito que juega desentendido, por decirlo de alguna manera.

La imagen de la foto es soberbia; corresponde a la victoria de las fuerzas aliadas en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, desde la avanzada rusa, de cuyo protagonismo se hicieron a fuerza de sangre sudor y lágrimas.

La verdad tal desvatación es bellísima; entiendo a Patton cuando decía cosas como esta.

Hay tanta humanidad en esa degollina, que no puedo sino sentir una extraña veneración por semejante toma con todas las implicancias adjuntas.

Mi pensamiento es en B&N, sin dudas.

Soy una persona de la década del 40, nacida en los 60.

Gracias por comentar.

Lilian dijo...

Gracias Sergio, fantastica tu explicacion... Tuve la experiencia de sentir el poder al que aludes a traves de una vasta obra arquitectonica en homenaje a Lenin [en Berlin del este cuando "the wall" todavia existia y asesinaban a los que trataban de escapar]. La obra en si era un parque tan inmenso pero al mismo tiempo en cierta forma desolado y gris. La belleza tal vez existia pero no pude apreciarla, mis ojos por lo menos no la vieron.
Es un placer comentar aca :)

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