miércoles, 13 de agosto de 2008

Un día con otro crean la neutra existencia perceptible

Hay días objetivamente malos; a veces me pasa; nada sale bien, se chorrea el té en la mañana, no parte el auto, las perras se "hacen" en lugares que es imposible dejar sin retirar el pastel, se pierden las llaves, llegas atrasado, primera llamada del día es para decirte que le falta algo al expediente que enviaste (que nadie te dijo y en ninguna parte estaba dicho que debías adjuntar y nunca antes tuviste que considerar), que tienes que ir de inmediato a corregir la falta, vas saliendo y justo llega un contribuyente furia por hechos que no te competen y quiere ser escuchado, no pasan colectivos, te toca uno viejo y lleno, te vas de cara al sol en días de invierno, te bajas asado, se te caen las monedas al suelo al bajarte, te agachas entre bocinazos de micreros impertinentes (bueno, impertinente y micrero son sinónimos), llegas y te dicen que falta otro papel que no te dijeron por teléfono, te devuelves al punto de origen, todo cerrado por ser horario de almuerzo, no alcanzas a llegar, esperar haciendo tiempo, abren quince minutos tarde y no llega el encargado, que te trata de mala y te dice que solo estaría para la próxima semana el papel, vuelves al trabajo y debes dar las buenas nuevas, enojos, descargos, pero como los superiores nunca pierden, eres tu quien se queda con la leche cortada. Vuelves a casa y se te pinchó la rueda (en mi caso, por lo común es una bicicleta) te la llevas caminando donde el "Dr.", está lleno de pega, debes esperar de pie por media hora que se desocupe, pasas frente al pan y no llevas la plata, te tienes que devolver al centro, cajero en mal estado, recorrerlos todos, dejar la bicicleta afuera del cajero, con un ojo en ella para que no te la vuelen, el aparato te chupa la tarjeta, llamar al encargado las veinticuatro horas del día, salir, volver con una nube negra sobre la cabeza y sin pan, las perras, embarradas te ponen las patas encima del abrigo, entras, los niños tapados de tareas, debes volver al centro rajado (no se les ocurrió llamarte desde el colegio dos horas antes), librería cerrando, vuelves y los niños con cara de frustración te culpan con su mirada. Para que veas que no estás solo en esto.

Lo bueno es que después de días así, viene justo el día inverso donde todo calza...

...¿es misterioso no?, pues hay días al revés; días perfectos donde todo se sobrepone como las capas de un pastel de Selva Negra.

3 comentarios:

Lilian dijo...

Me encanta!
Saludos--

Karenvon dijo...

Hay meses completamente malos

y años completamente malos también!!

Maldición!!!!!


Me sumo a Lilian me encantó !

Sergio Meza C. dijo...

Lilian, karenvon, gracias por el interés en este post, que se origina, como bien deben saber, en un comentario dejado en sitio de Tomás. Lo traspasé casi textual.

Karenvon, según lo que mi memoria medice, es la primera vez que comentas por acá (pero puedo equivocarme). Gracias por venir

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