1Pensemos en lo siguiente; la escena de la cabeza de caballo en la cama del director de cine en El padrino, cuando los sicarios de Don Vito deciden, con la fineza de una motosierra, darle una señal clara e inofensiva para el cuerpo del aludido pro-hombre, pero de alcances eficientes y eficaces para los fines del mariquita ahijado del mandante (“¿qué puedo hacer padrino?; snif”; “¡Comportarte como un hombre!” le arroja a la cara Marlon Brando, zamarreándolo en otra escena genial).
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Y pensemos en lo siguiente; en la escena final de Cinema Paradiso, Toto, ya adulto (también director de cine exitoso, qué cosas no, ¡y también a partir de eventos iluminados desde la mismísima Sicilia!), rueda el rollo que Alfredo le dejara a partir de los restos de escenas, censuradas por el cura, cuando aún el protagonista era un niño.
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Comparemos; el horror del primero en relación con la conmoción emotiva del segundo son idénticas en alcances y efectividad, pero a la inversa, claro, ya que ambos acontecimientos ocurren en universos distintos, bajo contextos opuestos y con sentidos antagónicos. Recuerden la comparación que hago de Paul Cézanne con Piero della Francesca y me comprenderán.
Cuando vi por primera vez la escena de Cinema Paradiso lloré, y cuando ví por vez primera la escena de la cabeza del caballo ensangrentado, metido a hurtadillas en la cama del Director, se me erizaron los pelos de la piel.
Cuanta semejanza en ambos logros; cuanto alcance y cuanta profundidad en el efecto logrado. El que uno sea del horror más brutal y el que el otro sea de amor filial inconmensurable es un detalle del desarrollo de ambos filmes. Tan magistral lo uno como lo otro.
Pero noten otro alcance; es casi al inicio del filme que se detona el horror, y en Cinema Paradiso es al final que acontece lo contrario.
A tal punto “difieren hasta coincidir” ambos eventos.
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Sin perjuicio de lo anterior, a Don Vito lo sustenta el ímpetu adormecido de un hombre que viene de regreso de una vida de desolación. A Alfredo lo sustenta su buena manera de ser, sin el daño que puede evitar un hombre que solo en Semana Santa descansaba, carente de lujos, de todo éxito y de toda realización.
Teniendo tanto El Padrino, y teniendo tan poco Alfredo, se registran como antípodas idénticas de logros absolutos, de la mano de sus correspondientes padres cinematográficos, claro está.
2 comentarios:
El Padrino, Sin duda que en esta ocasión no todos tan arrojadamente pueden decir "quedó corta en relación al libro". Las narrativas están cuidadosamente imbricadas en la producción audiovisual; sin ir más lejos, me gustaría dejar un ejemplo: Cuando leí el libro, aun sin ver haber visto las películas, como a todos les pasa, uno evoca esas escenas notables; y claro, en El Padrino hay bastantes. Cuando hube terminado el libro compré las tres películas, para verlas de una tirada, además de un libro sobre Los Padrinos (G.Carlo Marino), estaba medio obsesionado, lo admito. Al fin llegué a mi templo, puse el disco donde va y me senté; me encontré con una obra maestra (El Padrino I, claro). Y tal como dices, la escena que atisbó una pequeña sonrisa al consiglieri de la familia, es notable y realmente colma las pretensiones de la evocación que realizamos con el libro. Otra de estas, mi favorita, es cuando Michael se vuelve Padrino (más simbólicamente que de hecho). Pensemos en la sala de estar de la familia Corleone. Michael sin mucho que decir no sorprende a su hermano mayor y los demás en su condición de oyente, porque éstos, viéndole su cara maltratada por el Capitán de Policia le observan como un universitario atemorizado; no esperan nada de él. Sin embargo, cuando las tácticas y estrategias se agotan por entre la familia, aparece el universitario, ya no contestando el teléfono, sino ofreciendo un diagnóstico de la situación, para más tarde ya no ofrecer un plan, sino conjunto se apodera del berger y la cámara lo muestra en un primer plano, investido de la razón política, senderea exitosamente a la familia frente al complicado escenario, entregándose él como protagonista y héroe de la familia.
Con Cine Paradiso quedo en deuda. No la he visto, por lo tanto no puedo comentar el quid del tópico. Sin embargo me decidí a hacerlo por lo mucho que me gustó cómo te referiste a El Padrino.
Saludos
La version de la que hablo es la original (Cinema Paradiso) no el "Director´s Cut", que no lo he visto, y entiendo que cambia el sentido de muchas cosas.
Muy buen comentario. Gracias y buen fin de semana.
El Padrino I no la veo debe hacer como 7 años, pero la memoria deja lo esencial.
Las tomas esas desde lejos, a la fiesta de cumpleaños del viejo padrino son excelentes, pareciera que fuera todo verdad, y la cámara solo regsitrara hechos ralmente ocurridos.
Tengo que verla de nuevo.
[Internet da para todo. Buscando una imagen del caballo en la cama de pobre tipo, me enteré que venden cojines de cabeza de caballo alusivos a tal escena, para meterlas en la cama de alguine. Pura ironía, y de la peor]
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