[De mi antigua bitácora. Fecha original de Publicación 20 de Marzo de 2006]
Se ha consolidado como el oficio paralelo que no se relaciona directamente con la vida de la subsistencia, pues el arte no subsiste sino plenamente, dejando de ser la subsistencia que el mismo arte consigna y revela, ya que desde él damos una suerte de expulsión constructiva y disciplinada de nuestras sensaciones o percepciones, al punto que va por ahí el artista, o el que de arte se nutre, buscando donde se encuentra, logrando hallarlo, afortunada o desafortunadamente, en más campos que su propia área de juego, siendo inclusive el mundo de la subsistencia, lineal y convergente a sus fines directos y carentes de complejidad, un lugar de hallazgos para el mundo del arte, el cual va mudando de patrones, pues la Belleza no es absoluta sino subjetiva, y depende de los sujetos, uno a uno y caso a caso. Y así como la agresividad puede quedar residualmente alojada en los seres vivos, como en las pilas de energía en las que sobra un poco de la misma pero es tan leve que no sirve para nada salvo para importunar, así la tendencia a la contemplación estética puede sobrar y estar de más en las personas, y puede querer realizarse cuando no es su momento ni su ocasión, como cuando en una guerra se intenta diseñar una trinchera de acuerdo a la capacidad de los soldados de contemplar desde esta las estrellas de noche y lograr así hacerlos algo más felices, descuidando la premura y su fin último que no es sino protegerlos de la acometida enemiga.
Así el arte debe ser oportuno e irrenunciable, pues cuando se da el momento caso a caso, es un derecho de cada quien, desde su libertad y sin importunar la de los demás, el realizarse en la contemplación del arte, en cualquiera de sus formas, ya que de él alimenta su espíritu en pos de la construcción del alma plena, que sea capaz de albergar la multiplicidad de sentimientos que necesita llevar consigo, para conducir de modo efectivo el carro tirado por los caballos de todos su impulsos, deseos, instintos y convencimientos.
No olvidemos entonces que la aproximación al arte es constructiva y socialmente ineludible, teniendo a la luz que la Belleza en los demás seres vivos cumple su rol encadenante, ya que de plenitud la cola del pavo real se muestra, y de ella que es hermosa, leen las hembras la salud y la aptitud de quien solicita y requiere descendencia. Y así mismo, las abejas son cazadas por la celada de la hermosura llamativa para converger a libar ahí donde sus percepciones las conducen, y desencadenan la evolución de la estética funcional de las flores.
Los hombres, por su parte, ven en la Belleza de la mujer la coincidencia, como no, de sus atributos de apareamiento, incluyendo la forma de su cerebro y la caída de su pelo brilloso, que debe ser apto y no reducido el primero, ni tan grande como para acusar enfermedad, y la cadera se cimbra para dar lectura, y los pechos se empinan para insinuar pastura, de manera tal que sean un fárrago de lecturas ininteligibles pero certeras las que el hombre detecte y viceversa, para que sean los más aptos los escogidos, y así evitar la caída del Gen y de la vida.
Pero el arte por el arte no necesariamente es así de preciso, ya que El Grito de Munch es tenebroso y agobiante pero es asertivo en su plástica en pos de comunicar la angustia no solo del cuadro sino del mundo, y así vemos que es la realidad o sus anhelos los que también son del arte presa, para que la complejidad del hombre sea representada y conocida. No obstante no es pertinente definirlo como aquello que es más que función vital, pues no es más que los hombres y a la par de ellos va. Entonces hasta la más insoportable obra de arte será necesaria para que los hombres sepan de sus recovecos y conozcan el mundo por medio de los testimonios abstractos del ser y de sus padecimientos. Importante labor será mostrar el arte a quienes se inician en la vida, para que de él aprendan la lectura sin voz pero penetrante de la poesía reveladora del caos y la fortuna, sobre la cual construir del mejor modo posible sus vidas.
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