Interesante: los blogs irrumpen hace un par de años como una alternativa en incremento a la opinión que la prensa tradicional Online u OffLine hace con respecto a los temas que suelen ser noticia de primera o segunda o tercera fuente. Pero claro, en la medida en que cada quien tenga la posibilidad de expresar sus opiniones en referencia a los temas de su dominio, se esparce la oferta, toda vez que la prensa tradicional cansa, aburre, desgasta con su bien ponderada soberbia de saberse en poder de un “poder poderoso” (redundantemente hablando) y el poder corrompe, y sobre esta virtual tierra fértil de corruptela, surgen estas sutiles voces apagadas por el anonimato, que poco a poco se transforman en el poder de una marabunta que por cantidad se fortalece. Entonces surge la pregunta; …¿en qué momento se reúne esta disgregación de afirmaciones interesantes, para constituir un substrato concentrado y administrable?; fácil, cuando los buscadores tomen el lugar de los dueños de medios de comunicación y establezcan en sus sutiles algoritmos de búsqueda, aquella tendencia leve imperceptible e incontrolable que permita acceder a las mayorías a aquellos lugares de la red capaces de, sumatoriamente, forjar opinión dirigida, la que se puede hacer vector de fuerza sumando clicks, más que sumando movimientos o expresiones de mayorías en plazas públicas. Sutilezas de tendencia de acceso a ciertos lugares o sitios o páginas virtuales, dentro de más de ocho mil millones de posibilidades multiplicados por el número creciente de usuarios. Palabras; ciertas sintaxis entre palabras; preferencias de búsqueda en contraposición a intereses temáticos; pues son las palabras las importantes y su secuencia de tecleado; inclusive los errores de tipeo, no las oraciones ni las frases ni las sentencias. Entonces qué más que representantes de parcialidades semánticas somos nosotros; ya ni siquiera seremos representantes de ideas, sino de partes de ideas.
Especulemos sobre algo que a lo mejor ya es realidad hace mucho rato. Puede existir la manera de establecer mediante la expresión de las palabras de búsqueda, la presentación, ante ojos privilegiados, del gran texto de la tendencia humana día a día, fecha a fecha, momento a momento, temperatura a temperatura, amenaza a amenaza. Sabe alguien, o un grupo de algunos, lo que en resumen vectorial, como suelo decir, quiere, precisa, pide, exige la humanidad conectada. Ya no importa espiar a determinados especímenes. Solo importa establecer la continuidad de enunciados humanos con todas las coordenadas ambientales e introspectivas posibles.
Esos ojos interesados pagarían (o pagan) a trastienda el precio que esta oración continua cuesta, pues se transforma a cada momento y arroja estadísticas inconmensurable y perpetuas. Todo en permanente cambio; pero hablamos de un cambio atrapable por la síntesis de la tendencia final. Lunes; el género humano busca tal o cual cosa, lo que se desagrega en regiones y momentos y climas y catástrofes, y mil coordenadas distintas. Solo basta tener al más obsceno de los procesadores o al ejército de procesadores interactuando cual danza ceremonial. Nada imposible. Nada pero nada imposible. La tendencia humana se expresa momento a momento y cual aminorador de ruidos se la puede controlar aplicando aquí y allá las “contraondas” que detengan la tendencia.
Por ignorancia o por accesibilidad estamos donde mismo, pero más sutilmente.
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