Hay un contumaz ánimo de novedades, que toma cada asunto escogido y lo eleva, fugazmente, a la calidad de valor requerida, para justificar a las efímeras existencias que de ellos se nutren, día con día, jornada a jornada.
El asunto es que todas las referidas circunstancias, usadas para alimentar esa sed de vigencia, se vuelven la misma cosa, no obstante ser, inclusive, diametralmente opuestas. Tal uniformidad en el uso de los hechos llamativos para autorreafirmarse, es una de las manifestaciones más fútiles de la existencia. Con ella se suple el crecimiento personal, la ausencia de ideas y la incapacidad para evolucionar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario