Al final, nada florece en una comunidad, siendo una absoluta estupidez sin sentido comprobada, si gran parte de esa comunidad no considera que tal estupidez es lo suficientemente destructiva como para derrumbar todo un constructo social del cual sus miembros están desilusionados, aunque funcione mejor que el referido puente hacia la generación de escombros sociales ya mencionado. Por lo anterior, hay vigencias que no son sino manifestaciones de una voluntad profunda de autodestrucción e, inclusive, de inmolación grupal.
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