El pasado suele ser visto con condescendencia ("¡Qué lindos tiempos!"), el futuro con idealismo y el presente con un pragmatismo implacable. Así nadie puede conciliar su vida y su historia, inserta en un sólo viaje continuo. ¿Acaso no es posible, por ejemplo, desnudar al pasado, añorar al presente y sincerar al futuro?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario