Los diálogos son, realmente, extraordinarios, profundos, agudos, cínicos y estremecedores. Todo en un contexto de crimen, narcotráfico, asesinatos en balaceras, sofisticadas decapitaciones y disposición final de angelicales personajes en inmundos vertederos.
Disquisiciones filosófico-poeticas de elevadísimo vuelo, en boca de escoria humana.
Una fórmula cinematográfica interesantísima.
No se la pierdan.
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