No es el paisaje, es quien lo contempla. Bueno, sí es el paisaje pero también es quien lo contempla y, en verdad, aparte del paisaje y de quien lo contempla está el ordenamiento de lo primero y la resonancia de aquella armonía en su testigo. Entonces, no obstante la garantizada supremacía de cualquier circunstancia, podrá la voluntad detonar la belleza en cualquier momento y lugar, además, puesto en otra perspectiva, todos pueden acceder a su propia y constructiva plenitud no obstante su condición y acontecimientos. En fin, a veces es el objeto, pero otras veces es el sujeto. Y otras veces son ambos y, algunas veces no es ninguno de los dos. Sí, a veces no hay vínculo, cosa que a aquella omnipresente abstracción vinculante podría no serle de interés, y aquí surgirán quienes digan que, cuando ni sujeto, ni objeto despliegan sus vínculos acontece La Nada más absoluta.
¿Cree usted que, al no existir vínculos entre objetos o entre sujetos o entre los primeros y los segundos se detona toda ausencia posible?. Si así fuera habrían muchas implicancias, inclusive teológicas. Pero vamos, a fin de cuentas no es más que mí simple y soberana especie de opinión bastante preliminar, acerca de todo este aparentemente prescindible asunto.
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domingo, 24 de abril de 2016
NO ERES TU, SOY YO. PERO, EN VERDAD, ERES TU Y YO NO O, QUIZÁS, NO SEA NINGUNO DE LOS DOS
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Entrada publicada originalmente a las
9:35 a.m.
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