[©SmcArq] 1) El drama evidente, que desconozco como historia, mito o cuento, es apañado por una luz diáfana que se presenta casi horizontal; rasante acaso. Lo que está pasando ocurre en el ocaso o en el amanecer...
2) La luz - que veo como diáfana - se delata en los juegos de pliegues, donde la blancura de los protagonistas contrasta con el color rojo de la alfombra; de alguna manera es la alfombra un contracanto al suceso que se sostiene en los pliegues de luz y sombra del blanco padecido de los protagonistas.
3) Hay un instante preciso que se aborda; esto es fácil de percibir al ver la postura y actitudes de todas las personas incluidas al interior del cuadro.
4) En la realidad es muy difícil atrapar esta simultaneidad de actitudes, por cuanto tal simultaneidad no se condice con la complejidad del mundo, donde las personas están atadas a muchísimas más coordenadas que el hecho elegido en sí.
5) De alguna manera que considero preliminar, esta coincidencia de actitudes registrada es irreal, y obra en pos de la intención del autor.
6) La coincidencia de actitudes referida se parece mucho a la plasmada en la Última Cena de Leonardo Da Vinci (por dar un ejemplo, de tantos posibles, conocido por todos).
7) La coincidencia de actitudes, convergentes al motivo del cuadro, dista mucho de los registros casuales fotográficos posteriores, sin perjuicio de que tal coincidencia podría podría producirse en un instante determinado. Desde el punto de vista fotográfico esta coincidencia podría ser calificada como un acierto.
8) Será materia de este trabajo de avances paulatinos el reflexionar acerca de por qué la coincidencia de actitudes atrapada en una obra de arte, cuando obran en pos de un instante, tiende a ser considerada un logro de buenas a primeras, o tiende a manifestarse como agente gestor de asertividad expresiva.
En tal acción casi releja hay algo que no es obvio y que subyace, y debiera decir mucho acerca de su autores...
10) El enfrentarme a esta especie de aparente obviedad que aludo antes me ha dejado algo irresoluto; es evidente que, cuando sea posible, el generador de potenciales obras de arte reunirá todas las partes para que concurran con su mejor impronta hacia el fin de la supuesta creación. De hecho se me hace bastante dificil imaginar una obra de arte capaz de presentar lo que su sentido abstracto quiere delinear mediante elementos no cualesquiera, pero sí en cualquier actitud, que no será necesariamente la ideal.
Debiera ser posible decir lo que se quiere decir sin reunir artificialmente las cosas en pos de un resultado (esto que hablo se quiere escapar de la obra, pero tengo demasiado claro que en ella ocurre lo inverso; todo es instantáneamente atingente al evento que el título de la obra expresa, salvo un par de individuos, algo retraidos, que acaso hacen las veces de contra-canto moderador; la escena es intensa).
11) La obra es una idealización severa de lo que el título quiere expresar, ya sea por desobediencia o por obediencia a la impronta justa, pero la obra no es indiferente; llamaré a esto, la subordinación absoluta de las partes en pos de un resultado.
[Adjunto imagen analítica previa que grafica algo de lo anteriormente aludido, y un poco más en lo relacionado con los claro-oscuros que Fragonard emplea con sentidos diversos, atribuyendo acaso significados a tales acometidas]
El desafío consistirá en evadir la narración tan evidente, para adentrarse, en la medida de lo posible, en la pintura propiamente tal, como abstracción efectiva.
Vamos a ver qué pasa...
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