jueves, 21 de abril de 2011

Análisis Pictórico del Cuadro "Montana" de Alejandro Soto Álvarez

[©SmcArq] De alguna manera que no puedo dejar de reconocer, me embarga una especie de satisfacción nacida desde una experticia peligrosa, proveniente de una fluidez verbal de la cual hoy me quiero hacer cargo desde una actividad que me acomoda como una camisa hecha a la medida; los comentarios en relación a potenciales obra de arte...

Serie:Porto mutante/ Título: Montana
145 x 165 cm / oleo sobre tela, 2009 
Hoy comentaré otra obra del pintor Alejandro Soto Álvarez, porteño (Valparaíso) de origen y radicado en Alemania hace muchos años... Percibo en esta obra que cito (Montana) una tendencia que, si revisan otras obras de él podrán acaso corroborar, alude a una espontánea manera de "situar" sus pensamientos y sus visiones y sus interpretaciones de la realidad en la medianía de la existencia, en la medianía del soporte, de la tela, del espacio y de la vasta disponibilidad espacio-temporal de la que un cuadro dispone.
Cual urbanista entabla sucesivos "Nördlingens", enclavados ahí donde todo es capaz de comenzar y terminar; percibo una sed de finiquito, una suerte de ansias por atrapar aquello enclavado, como ya lo mencionara, ahí donde es posible distanciarse y a la vez entregar perspectiva de continente superior plagado de referencias solamente insinuadas.
Pero esto anterior no es más que una impronta filosófica predominante; no he hablado intrínsecamente de pintura al hacer esto. Ahora hablaré de aquello capaz de establecer la autoridad del artista sobre su ansiada obra de arte...
Soto Álvarez no busca una excesiva bonitura, ni una especial clase de impresionate gusto exacerbado, permitiendo que sus obras chorreen, si así fuera pertinente, dejando aplanarse al hallazgo central, haciendo por ejemplo que el cielo sea una campiña y que tal lugar se convierta en una ambigua entrada de mar o de lago, o de trazos de nubes-territorio, o todo a la vez manifestado, para engrandecer las profundidades figuradas de un mundo que, sin dudas, persiste, pero desde la subjetividad propia de quien, moderna o post modernamente tuerce la realidad, la dobla, la confina, la supedita o la hace reinar en pos de la inserción de la propuesta en el ya extendido surreal recurso, moderado por la espera impaciente del arribo de otra manera, de otro ámbito, de otras vías capaces de establecer la unidad y soledad de La Obra hallada a partir de tanto, pero tanto recurso desplegado ante nuestros ojos contemporáneos. Es difícil ser original en el siglo XXI, pues tenemos al mundo a nuestros pies, por mucho que se diga que este es pertenencia privada de unos pocos adinerados, afortunados o debidamente apostados a la saga de una estrategia capaz de torcerle la mano a un destino, lo más despegado de una lucha de clases o de un capital rector.
La independencia de Soto Álvarez se da en su sed de confinamiento irreverentemente distante de su espacialidad urbanística subyacente (y esto se dice casi como una cifra determinante). La pregunta que le dejo a Alejandro es esta; ¿habrá hallado ya su mano o su pincel , o su pincel-su cerebro-y su voluntad una centralidad pictórica capaz de superar esta tendencia irrestricta de sus obras (o de algunas de sus varias obras) de hacerse al centro de un lugar?. Hablamos de esa misma centralidad que en su entorno despliega runas, trazos, dichos, hechos o sutiles rizos o texturas, y disrupciones no protagónicas; las mismas partes que establecen el ruido de fondo sublimado, que más que agregar enriquecen un discurso ya predecible y ponderable al punto de desencadenar estas palabras; las mismas palabras aquí presentadas que acaso podrían pecar de simuladoras de una especie de traspaso de sus propios signos pictóricos, sus propias señales, sus propias alegorías o sus propias soledades de algunos individuos distantes e insinuados, insertos en la trama un poco sorprendente de una esencia ya esperable y ya presentada, a modo de abarrocada realidad que se niega a su simpleza, siendo el fárrago de trazos y recursos técnicos el contumaz empeño de finiquito de aquello que se nutre de su propia alegoría de ciudad emplazada en el centro de aquello que desdice toda urbe presentada, dejando sus pasos encaminados en pos de trasgresiones capaces de hacer de aquello expuesto "lo otro" que se impone por obra y gracia de tales persistencias ya desbordadas en este texto...[descanso]

[Como verán prefiero armar un tren insoportable de dichos encadenados que conceptualizar demasiado la retahíla de imágenes que se suceden al querer "decir" esta obra, que respalda sus afirmaciones en otras dos que más abajo también cito. No intenten comprender estas palabras, cuando ellas quieren ser como la obra de Soto Álvarez es, en cuanto sumatoria dicha de hechos sobrepuestos como sintaxis frenética de prioridades, jerarquías y volúmenes simpleficadamente significantes]...

...O dicho de otro modo; ¿no se habrá ya expresado esta manera y es tiempo de seguir adelante, por muy delineada y sugerida que esté, evitando siempre dar en un clavo que no vale la pena nombrar ni hacer netamente evidente?.
Serie: entre lineas/ Titulo sol antiguo
75 x 140 cms  oleo marmol sobre tela  2008
Es posible que la filosofía, la idea, la impronta, el sentido, la clave, la huella irrestricta esté ya establecida, y ahora podría ser necesaria una peligrosa y agresiva revolución personal-pictórica-arquitectónica-abstracto-figurativa, por mucho que sus cuadros tengan tal ánimo y tal empeño. Es que es difícil, sumamente difícil.

Cuando la pintura se vuelve un trabajo es casi imposible hacer esto, así que no es extraño que casi nunca se vea tal acontecimiento de descarnado abandono, y al revés las series galopen en pos de su técnica, de su acierto formalista y de su confianza. 

Soto Álvarez desconfía, eso sí, y se aprecia en su trabajo. Y no deja de agregar, pues agregando somete a prueba sus visiones, desde la forma arquitectónica, desde el barrio, desde el enclave condal, desde el detalle, la parte, el peldaño, en busca de un misterio. Sus obras se quieren misteriosas, pero casi a título de agresiva canallada constructiva le expongo lo siguiente: 

Si, por lo menos quien suscribe ya vio lo que vio, y ha quedado claro y si acaso tuviera alguna parte de razón en lo que dije que ví y que extraje de la estructura de varias de las obras algo que me parece permanente, ¿no será momento de abandonarlo casi enajenadamente todo acierto, toda suerte, todo empeño y trasponer para evitar que cualquier similitud tienda a la identidad, en un mundo creativo que no perdona nada sino la inauguración luminosamente sorda de un ámbito pictórico que más que saber donde va, permanece en sus plenos hallazgos presentes?.

Serie:Porto mutante/ Título: Árbol
145 x 165 cm / oleo sobre tela, 2009

¿O me equivoco (porque existe tal posibilidad), y no debe un artista abandonar sus hallazgos ahí justo en su máximo esplendor?

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