miércoles, 20 de mayo de 2009

La Ola de Hokusai Katsushika

[Hokusai Katsushika (1760-1849), pintor y grabador japonés, nacido en Edo con el nombre de Tokitaro. Está considerado como el máximo exponente de la escuela de grabados Ukiyo-e, o pinturas del mundo flotante].

[De mi antigua bitácora. Fecha original de Publicación 11 de Septiembre de 2006]

No es que tras ver sus grabados haya caído en éxtasis ni mucho menos, pero en la serena cadencia de su trazo, subyace una fuerte personalidad marcada en cada mancha de espuma de las olas que detona o amenazan.
Hokusai, cuando dibuja el mar no lo alude; lo proclama, y para ello lo transfigura en garras de agua cayendo o viniendo hacia las barcazas o hacia las rocas, para detonar en el rizo la potencia del todo en la parte; y esta intencionalidad es manifiesta, pero no protagonista, ya que la calma de su amado monte Fuji o de otro referente de distancia, establece la tensión de lo permanente con lo cambiante; el oleaje acá detona y a la distancia permanece el paisaje impertérrito. Tal nexo entre antagonistas es uno y protagónico.
Entonces podemos darle lenguaje a la intensión de belleza que sus obras manifiestan. Hokusai otorga lenguaje en quien contempla, cosa que establece diferencia con otras obras plásticas, abstractas o figurativas, que conozco. Unas no detonan sino el silencio impotente; otras están escritas (que tampoco es la idea).
Pero no se trata de decir “oh, cielos, ¡cómo entiendo y progreso en el discurso cuando hablo de “La Ola”!. No es eso; es simplemente que tras su cadencia hay hallazgo, y ese hallazgo es coherente, cosa que se suma al indecible perpetuo de “padecer el color y su belleza” (el pintor Francisco Méndez Labbé habló esto de padecer el color, como alguna vez dije); “La Ola” la he padecido como un “ruido de fondo” maestro, sin otro equivalente.
Mérito aparte está toda la influencia del trazo y coloración de superficies en Hokusai, resonante de manera permanente en el manga japonés, y todas sus consecuencias.

2 comentarios:

lalodelce dijo...

Arquitectura y escritura ... un delicado balance que hubiese querido tener de joven.

Como hay más de uno, elegí otro.

Hoy vuelvo a cambiar el balance adaptado a mis años, la docencia y la escritura, pero si fuese joven de nuevo ... no dudaría ni un instante ... arquitectura y escritura ES el camino.

Un gusto leerte; llegué aquí a través de "El Mundo Sigue Ahí".

Sergio Meza C. dijo...

Muchas gracias por tus palabras y comentarios.

Hoy hablé desde las tripas en el Blog que aludes. Me pareció muy fingida la crisis de Arancibia.

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