Ayer me ocurrió algo excepcional.
Conversaba por celular y en el momento previo en que me dijeran una noticia de interés, supe distinguir entre mi incertidumbre y cómo veía al mundo a través de ella.
Sentí que tal incertidumbre, ante un hecho completamente cotidiano, establecía una suerte de velo inmaterial que dejaba al hombre ante el mundo entero, viendo a sabiendas de ver lo que veía, pero con el tamiz de una especie de poderosa capacidad de "distanciamiento metafísico".
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