miércoles, 3 de septiembre de 2008

La Diablada IV

(Corrí por las polvorientas calles y, de hallazgo en hallazgo, supe del tramo distante de las cofradías pletóricas de amor y devoción, en pos de una cima altruista y permanente…)


Tal poblado no es sino un puñado de casas pequeñas, que no alcanzan a dar el ancho aparente de semejante arbitrio de danza y despliegue.
Por las calles serenas bailan los devotos, en soledad plena y trascendente, no sé cómo explicarlo, es como si en el contraste de semejante estado de modesta entrega, se circunscribiera, en la puesta en escena real de un baile, aquello que desdobla al alma en derredor del cuerpo, entregado a movimientos no frenéticos, pero acaso creyentes de su orar, en pos de sus ofrendas, ¿como el traslado elocuente puede ser oración?, o ¿como la oración puede dejar la espléndida estratosfera de un lenguaje delegado, para hacerse saltos y repliegues de demonios sometidos?. ¿Cómo es lo que deja su propia cualidad en la otra esencia, en la fiesta, que es abandono de desesperanza, en la manda que arrastra su rodilla por la tierra, desangrando a la vista de todos, el lento y lleno de aspavientos derrame de colorido pardo de sangre y tierral?, de este día de Julio que pasa año con año, y ante el cual comienzo a estar cansado de casi evitar. Pues de alguna manera que sabré darme, danzaré la arrebatada y melancólica comparsa de fe y determinación, por el solo efecto del sudor, la tradición y la familia, que abandona su estado para trasladarlo todo al cielo celeste, tamizado por el acompasado ritmo febril de un trance colectivo de oración mercadeo, alojamiento, ausencia de higiene, camastros parejeros precarios e imperceptibles y espléndida santidad del compás y del saludo grupal hacia una Virgen que, si no hubiera llegado por la lanza, y fueran seiscientos años antes, desde este año, que estuviéramos a la siga de nuestra vivencia, de alguna extraña manera, sin Cristo, sin su madre, sin los santos, sin los Ángeles ni los Arcángeles, sin credo manifiesto alguno; sin el cielo celestial ni las cúpulas ni los campanarios ni los altoparlantes, como quien dice, pero con la pletórica madre tierra a horcajadas de nuestras cimas de esplendor, estaríamos arrojando estruendosamente nuestra vida, en otros bailes de otros compases, en otros lugares y para otros dioses, que serían la otra manera de dirigirse a otros mundos y otros universos pero que, en el fondo de los absolutos trasfondos, no seria sino la idéntica manera de arrojarse pecho al sol con la pluma y la fortuna y la mirada desviada hacia el infinito, para asumir la torsión de la plegaria, en la lengua y la manera distante e inimaginable de los mundos que abandonaron su legado, para transformarse en otras realidades, desde otras traducciones de sincrética manera y pose.
Nada será lo mismo, ni lo otro ni lo nuestro, cuando dejemos de vernos, desde nuestras atadas y vigorosas tormentas de estilos y maneras, pues a contradicho, todo igual, y ya nada se abandona en la fortuita gesta del hombre, en su esplendor y maledicencia sometida.

2 comentarios:

Arkturo dijo...

Si usted es arquitecto, realmente le estoy agradecido al buscador de blogs.

Soy un futuro Estudiante de Arquitectura y Periodismo, que anda necesitado de gente, y sobre todo de guías en este camino.

La más mínima palabra hará la diferencia.

Arturo

Sergio Meza C. dijo...

Estimado Veracruzano:

Efectivamente estudié y me titulé de arquitecto.

El caso de mi escuela de arquitectura es muy especial.

Le dejo la dirección para que de ella pueda obtener buenas referencias de esta profesión, artística en grado sumo, y técnica en grado superlativo, dado el tamaño y permanencia de las obras que va dejando.

Reciba mis saludos cordiales.

Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV

Para ir a la Página Principal de este Blog hacer click AQUÍ

Linkwithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...