viernes, 11 de julio de 2008

El Jardín de las Delicias 2; reflexiones dispersas

1) Mirando detenidamente el cuadro, en lo relacionado con El Infierno, que corresponde al lado derecho de quien mira, no puedo sino sorprenderme en las imágenes de más al fondo, adonde es difícil dejar de relacionar los estallidos intestinos de las verticales y oscuras presencias plagadas de ventanas o claraboyas con los bombardeos de la segunda guerra mundial sobre Londres o sobre el mismo Berlín.

2) Es tan compleja la puesta en escena de la imaginería sugerida en este cuadro, que casi podríamos estar relacionando aspectos hasta el infinito.

El cuadro es una expresa manifestación de videncias


El Bosco dejó escapar su libertad en la imaginería relatada

El Bosco estalló en formas y prudencias acongojadas, en pos de su potente tronadura conceptual

El cuadro es portentoso

El cuadro grita realidades

El cuadro no es abstracto esencialmente

El cuadro es predictivo

El cuadro es inquietante

El cuadro es un discurso extremadamente ordenado de alusiones incógnitas en su explícita manera de refrendar sustancia potente de sinuosa atribución.

No se debe decir que las imágenes de este cuadro son identificables a raja tabla (que es su soporte) con realidades de este mundo solitario

Puede ser que tras los siglos de viajes y aposentadurías extraterrestres, nos encontremos con que su propuesta no fue sino la seña que detonó impresiones distantes de otros mundos, donde efectivamente acontecerá el anhelado jardín de delicias que eternamente estará dispuesto a su persistente relación causal

La propuesta de esta obra, en suma es La Eternidad

¿Por qué?, pues porque todo apunta a la permanente atribución, perpetua en redundancia y consistente en conformación

Lo pintado fue, es y será para siempre

Al no decir “aquello”, quiso decir “lo sé

Es la Eternidad el gran tema abstractamente logrado de esta inconmensurable obra, comparable a la Summa Teológica de Tomás de Aquino, al Arte de la Fuga de Bach, a la Divina Comedia de Dante, o al Templo de la Sagrada Familia de Gaudí.

Enfrente de El Jardín de las Delicias no somos sino seña de un tiempo atrapado en sus rincones de sombra y luz impertérrita.

La pintura, finalmente, no tiene abstracto ni concreto final.

Tal lección para nosotros,...

...amantes del momento y del instante, por breve o persistente que resulte.

No hay comentarios.:

Para ir a la Página Principal de este Blog hacer click AQUÍ

Linkwithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...