
Provoca la causa y el efecto de una misma desventura, cual atravesado corte cardinal que establece la presencia de aquel que sufre su presencia hecha estallido de esencia traída a la conciencia como suerte de conjuro y trauma.
Con todo, dicho el tracto acometido, y dejada la humana sensación de sufrimiento, este, en su debilidad puede ser acaso el matiz de un placer extraño y construido.
Luego, no hay dolor sino que en la expresión de la fuerza concentrada del grito abstracto de carne y cuerpo entretejido.
Tal suerte y tal destino, en suma y cauce, corregido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario