[De mi antigua bitácora. Fecha original de Publicación 5 de marzo de 2006]
...Para nadie es novedad que esa inspiración romántica de escritores tirados sobre lápidas de cementerios enmohecidos es cosa de un pasado añejado por novedades también añejas.
Hoy las cosas son más repentinas y menos perfectas: recuerdo unas revistas de principios del siglo XX que estuve mirando ayer, llenas de grabados; ...como que todo era perfecto para la atmósfera esperada, y entonces el más pleno amor, lo era desde un lugar absolutamente regado de referencias evocadoras, como Película hollywoodense acerca de la vida de Chopin, con George Sand aferrada a sus pantorrillas, y Frederic tomando, de pie (algo tuberculoso) “una poca de tierra Polaca”, para no olvidar sus raíces, y al fondo un piano triste sobre el cual cae una cortina teatral, y en el suelo unas partituras de Polonesas tristes pero impetuosas.
Pero no hablo de un desdén repentino, hablo de una percepción de las cosas más plenas de referencias reales, desde las cuales ir andando hacia las propias cosas soñadas. Como que antes la vida era un sueño en pos de realizarce, y como que hoy la vida es una lucha en pos de un sueño que llega por trozos pequeños pero no menos relucientes.
De ahí el rescate de las pequeñas cosas que suele cobrarse comúnmente, en contra de atmósferas plenas consuetudinarias, perfectas, luminosas o escabrosas, pero poco probables.
De este modo más actual rescato la posible plenitud que se pueda dar al final del camino, cuando el olvido Borgeano taladra las cosas fútiles y termina de armar el subjetivo mapa de la vida andado, ojalá según el propio plan.
¿Más felices antes que ahora o viceversa?, anda a saberlo tu...
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