Sin Pasión ni Letargo

[Musicalidad del verbo; no intente comprender; solo déjese llevar por la cadencia interrumpida por los contrastes de sentido; es como si se estuviera caminando por un laberinto a ciegas hacia un aroma intenso, (digo yo)]


Cuyas letras son dicción referente Tal verdad Tal condición Tal pasado pendiente Más el sino se desentiende tan transparente como la lluvia de un temporal escampando Cuando los árboles languidecen y su tonelaje pende del suelo Y su llamado grita tiempos entrecortados La Pasión es arremetida de un impulso tan abstracto como la fórmula de un perímetro regular Una desenvuelve la tormenta otra deshace la fascinación Salvo el éxtasis todo es calma y pesadumbre La santidad es como la fuerza partido por la contemplación Somos pasto de llamas provocativas Animales los que se dejan llevar Individuos los que se levantan sobre sus miserias Paz es un silencio entrecortado por testimonios adversos Fe como silueta de lejana soledad Dios como sombra inversa sobre telas blanquecinas Caminaba por una avenida de árboles centenarios Cuando cayó una hoja a mis pies y la hoja era ella más la vereda más la avenida más la luz que se colaba por entre el follaje más mi soledad más su color más el enojo distante Entonces todo parece convertido en hoja que cae por la línea danzante de un viento corpóreo cuando todo se nubla en “aquello” que todo recoge Tomé la hoja entre mis manos Pero el efecto se diluyó Ya que solo entre inercias se entrecorta la inmensidad Ante la mirada elegante del ser humano Diré Soy un recogimiento de brisa leve como la marcada luna entre las difuminadas nubes que cabalgan el vacío intermediario Vacío digo como pausa de arpegios de un piano Steinway sometido a las manos de un pianista Entrecortando a Chopin bajo la bombarda y el trueno de una casa triste de Varsovia finalizando la guerra y comenzando la efigie pasajera de la calma provisoria La invasión es acometida de una creatividad descontrolada Todo es malo cuando se lo toma por los pies Hasta un beso es insano Judas besó a Jesús para entregarlo ¿Cuál beso de cual jornada le damos a quien para entregar la vida delimitada en trazos de desidia en colmados días de controvertido convencimiento? Delato la fija tranquilidad de aquel que se estanca en su sometimiento Todo es Una malentendida espacialidad temporal en expandidos suspiros y transpuestos sentidos La Verdad es como el bolsillo trasero del pantalón Llega ella cuando se pasa el testigo Y la miramos como si fuera el trasero de una hembra Siendo Varones claro está Luz y sombra Ser y Entrega Piano y manos acometidas Siento que mi escritura es como una composición “clásica” moderna Entregada a la descarnada ley de la sonoridad de calles bombas portazos y gemidos La cadencia del hombre moderno es lucidez hecha pulso y desencadenados suspiros de volumen terso y ensordecido Sergio Eduardo Meza Concha lúgubre reflejo de un verbo dispersado ¿Quien seré cuando la nube recaiga y el cuerpo se entregue? Paz y anhelo Luz y sombra Calma y tormenta Plaga y sanidad Contraste y escampada planicie desgarbada en verdor y reflejos de cristalina lluvia y rocío en belleza del verbo simple por momentos extremos Soy cadencia y suerte Lino y fragatas Dolor y desdichas descargo la ira en versos y la codicia en estrofas Todo palidece ante la venérea actitud políticamente correcta Cómo duermo ante la desidia Cómo desprecio la sombra en el día y Como anhelo la silueta en la bravura del sol resplandecido Música y silencio Suerte y desdicha Dormimos como se duerme la tormenta En latidos de viento y oleaje El lago se estanca en su orilla y la profundidad se pierde en la superficie Como la hoja de la avenida que se cae a los pies del iluminado Así debemos ser para Ser en ello; lo que de suyo ata con el hilo de Ariadna al viento y la roca hecha banca Adonde se aman los encantados Y eternamente expuestos Morir en brazos de un fogonazo certero Amén


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