Mil milésimas; mil homogéneas y breves serpientes textuales; una letra mayúscula, todas las demás minúsculas, con alguna coma, un solo punto final, con los minimos signos complementarios, con palabras reconocibles y preexistentes. Mil verbalizaciones casi obvias, carentes de toda dialéctica, pero portadoras de sus respectivas puestas en juego de reciprocidades. Dialéctica no, Reciprocidad sí. No al enfrentamiento, sí a la integridad.
Yo no estoy disponible para consagrar mi trabajo a la violencia, venga de donde venga. Esta es mi meta y anhelo.
Pero sueño con algo más; alcanzar un modo de ordenar mis serpientes, como un manto de suaves oleajes en una laguna circular que digan mil cosas, que se leen muy parecidas pero significan y apuntan en mil direcciones desde un solo punto originante. ¿Cuál es ese punto y cuáles son las mil direcciones tan equidistantes como armoniosas? Sólo el tiempo lo dirá.
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Milésimas...
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