- Actitud correspondiente mediante, no hay tiempo que desatender; si desatendiste tu hora, extraviaste tu año -
©SmcArq ● El segundo como patrón del instante atesorable ● el minuto como unidad mínima de atención, decisión y acción específica efectiva ● la hora como producto envolvente de un modo de vivir extenso y densamente poblado de múltiples subobjetividades ● el día como la fracción directamente proporcional a toda la vida ● la semana como unidad de medida del trabajo amplia y espiritualmente productivo ● el mes como logro perceptual de una confluencia de todas las anteriores unidades de medida, debidamente coordinadas y entretejidas y ● el año como fracción capital de medida de cómo va el sentido de nuestras vidas, respecto del plan maestro que nos trazamos ■■■ Para enfrentar lo anterior, elige tu unidad productiva mínima e indivisible; algo así como el ladrillo elemental o el adoquín primordial que podrás ir reuniendo a lo largo de los decenios.
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