ACERCA DEL CUENTO TURÍSTICO

Mi personal percepción del atractivo turístico tiene que ver con que un lugar tenga "cuento". Me resulta difícil definir ese concepto pero, por ejemplo, el "cuento" de Arica que percibo tiene que ver con su marasmo y tranquilidad casi capaces de provocar vértigo al percibirlo.
Es algo que nadie, por sí mismo descubre a la distancia; TE LO TIENEN QUE "CONTAR" y, cuando llegues, DEBES PODER VERIFICARLO.
En el contexto de que Arica no es un lugar especialmente 'lindo", aseado ni sofisticado, mí mayor impacto, cuando estuve allá, no fue el Morro (que me encantó), las playas, lo limpio de sus calles (mentira) o lo moderno de su comercio o infraestructura hotelera.
La última noche allá caminamos con mi esposa por el Boulevard donde está el café en el que me reuní con un amigo (¿Arturo Prat?). Estaba todo cerrado y deambulamos hasta el fondo-abajo, donde había una feria de artesanías. La calma, tranquilidad, silencio, paz profunda, temperatura perfecta y sensación casi de atemporalidad me impactó profundamente. No se puede describir; tienes que experimentarla.
Por supuesto que Tomás Bradanovich, un bloguero de Arica que sigo hace como 20 años (el amigo con quien me encontré), contribuyó con sus descripciones de la ciudad a poder "padecer" tal vivencia.
Francamente no iría a El Cairo sólo por las pirámides. Iría cuando su "cuento" me sedujera. Desconozco su "cuento" y por eso no me desespera ir.
El "cuento" es algo asi como la íntima, profunda, objetiva y verificable condición única de un lugar que te provoca querer ir a conocerlo y del cual quedas prendado, atado y hecho parte. Cuando el "cuento" de un lugar te atrapa, de alguna manera comienzas a "ser de ahí" y a querer volver para "retornar" a algo que ahí dejaste.