[©SmcArq] La imagen reflejada dos veces, para evitar todo acostumbramiento al ver, nos permite percibir algunas cosas de interés:
- No hay detalles excesivos en la escena; se entiende que están pintadas estas figuras para ser vistas desde abajo.
- Al centro del celeste de fondo está el gesto del toque divino hacia Adán.
- Adán está desnudo y expectante; atento; no está muerto, ni está inanimado, o está justo moviéndose para terminar de conseguir su independencia vital.
- Dios no está desnudo, y va escoltado por un grupo de individuos de menor importancia, homologados en su desnudez.
- Son brochazos los que configuran el fondo del suelo y del cielo; tal acometida es sorprendente; hay seguridad de lo que realmente es importante en la obra; de lo que realmente necesita detalle. Inclusive las uñas están delineadas en las manos de ambos protagonistas.
- No solo hay jerarquía de las formas y en el juego de luces y sombras y brillos, sino que hay jerarquía de detalles de terminación. No obstante la multitud de cuerpos vibrantes del total de frescos se ve terminada.
- El detalle de la Sixtina es uno y desgranado en miles de estertores que se potencian unos a otros; y todos los cuerpos están en movimiento; gestualizan de un mismo modo, o desde una misma carne e intensidad de color en sus ropas multitudinarias, y no se sabe dónde comenzar a mirar, si no es por el dejarse llevar por la forma de la capilla en sí.
- Todos están en pos de una circunstancia que les detona la actitud del movimiento.
- La distinción de cada parte es desde el edificio que soporta; osea es "arquitectónica" - por decirlo de algún modo breve y para que me entiendan de inmediato - así que el templo se hace con el estertor de los cuerpos que arquitectonizan sus figuras que se conforman. de alguna manera la constelación original de estrellas persiste en estos brillos de cuerpos dispuestos. Les dejo la eleción a ver si deciden que esto último no es más que un simple juego de palabras.
- Adán está recostado; Dios levita.
- Adán es el hijo; Dios es el padre.
- El centro de la escena es el toque que uno le da al otro.
- Se supone que es importante lo que ocurre, poniéndome en el lugar de alguine que no sabe de qué se trata todo esto.
- Solamente la mano de Adán aparenta estar inanimada.
- El gesto trasciende su simpleza en la levitación del Dios alegórico.
- Alegóricamente Dios creo al hombre a su imagen y semejanza.
- La semejanza de Dios es corporal y vital.
- Los frescos bíblicos de Miguel Ángel Buonarroti en la Capilla Sixtina de Roma son predominantemente alegóricos; no predomina la textualidad.
- Es a partir del toque divino, ubicado al centro de la nave longitudinal que esto se puede deducir.
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