[©SmcArq] La verdad es que escribí esto cuando venía caminando desde el supermercado y vi mi entorno (uno cualquiera; pero desde un pasillo de doble crujía en una muy pequeña y deshabitada galería del centro de la ciudad de Rengo, Chile), y comprendí que la reciprocidad de quien se enfrenta a la belleza lo deja plenamente simétrico ante su mundo, el cual así se repliega subjetivamente; es como que espacio-temporalmente ocurriera una deformación de esa dualidad hacia quien transfigura todo hacia sí y viceversa.
Si yo soy simétrico (porque lo soy; es cosa de mirarse al espejo) y me hago uno con lo que veo, porque no puedo ver sino mi esencia en las otras cosas, entonces, de alguna - condenada - manera el mundo se vuelve simétrico ante mí y para mi, en cuanto de él recorto todo aquello que lo haga no ser eso que no es "Yo Absolutamente".
Podría metaforizarlo como que yo me muerdo mi cola en el mundo y el mundo se muerde la cola en mí, y ambos a la vez somos la simetría extraña, que surge como una abstracta percepción sorda, mental, intelectual, sensual, espacio-temporal y restringida a esta especie de "voluta" que el mundo hace en mí y que yo hago en el mundo.
Y todo esto no tiene absolutamente nada que ver con lo feo o con lo bonito.
Esto tiene que ver con lo bello, pues tal estado al que aludí me dejó ante lo bello, no ante lo bonito ni ante lo feo.
Saludos...
Si yo soy simétrico (porque lo soy; es cosa de mirarse al espejo) y me hago uno con lo que veo, porque no puedo ver sino mi esencia en las otras cosas, entonces, de alguna - condenada - manera el mundo se vuelve simétrico ante mí y para mi, en cuanto de él recorto todo aquello que lo haga no ser eso que no es "Yo Absolutamente".
Podría metaforizarlo como que yo me muerdo mi cola en el mundo y el mundo se muerde la cola en mí, y ambos a la vez somos la simetría extraña, que surge como una abstracta percepción sorda, mental, intelectual, sensual, espacio-temporal y restringida a esta especie de "voluta" que el mundo hace en mí y que yo hago en el mundo.
Y todo esto no tiene absolutamente nada que ver con lo feo o con lo bonito.
Esto tiene que ver con lo bello, pues tal estado al que aludí me dejó ante lo bello, no ante lo bonito ni ante lo feo.
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