Los mundos son infinitos, como infinita es la posibilidad de estructurar complejos sistemas de paradigmas interactuantes. ¿Dificil llegar a ellos?, pues claro. Nadie dijo lo contrario...
[Explicación:
Esto es simple sentido común, que puedo fundamentar:
La subjetividad factible de existir es tan interminable como potenciales códigos genéticos se puedan generar (infinitos).
A través de cada subjetividad se plantea una visión del mundo distinta.
Ahora bien, si cada subjetividad, encarnada en un potencial sujeto factible de nacer, es capaz de derrumbar en un momento dado todo su sistema de referencias sobre el cual concibe el mundo, a lo menos un mundo distinto puede surgir de esa nueva reconstrucción de paradigmas.
Ergo; infinitos mundos pueden nacer desde infinitas posibilidades de sujetos por existir.
Todo esto dicho sin fuegos de artificio y sin fundar un culto desde donde hacerme de dinero y seguidores
Lo que pasa es que la gente anda buscando con qué obnubilarse
Tal tendencia puede tener muchos orígenes, pero vislumbro uno especial;...
... A este origen especial lo denominaría "Percepción de Una Propia Fútil Existencia"]
4 comentarios:
Sergio, si potencialmente hay infinitas subjetividades, el hecho de que una de ellas rompa su propio sistema, genera al menos un mundo nuevo ¿se entiende para ese ser individual? porque para la visión global es irrelevante (infinito + 1). A lo mejor estoy diciendo una estupidez.
Saludos
(sigo leyendo tus post sin hacer ruido)
Yo creo, y es muy facil decirlo, que el mundo que vivimos es el concenso de todas las visiones reunidas (acaso esto es obvio), formando un conjunto intersección.
El Mundo de todos es la intersección de todos los mundos diferentes potencialmente actuantes.
"Mundo"; sistema de paradigmas coherentes encarnando una "realidad".
Cuando un solo mundo nuevo surge a la vista de todos, dentro del mundo que compartimos concensuadamente, falta que "ese mundo" se disperse y comience a formar parte del nuevo "Contrato Social" que compartimos y hacemos regir.
Ergo, yo creo que pocos mundos nuevos surgen y muchos menos se esparcen hasta ser parte de cambios profundos (todo esto me suena super evidente al decirlo).
Picasso con su cubismo generó rasgos de un mundo nuevo, pero tal aporte, con todo lo importante que fue, no es ni un pelo de lo que creo podría llegar a ocurrir, milagro de por medio, si un derrumbe generalizado de paradigmas cayera, y surgiera concensuadamente otro.
Pensemos en que todos nos enteremos de algo sorprendente de improviso. Por ejemplo el descubrimiento de vida extraterrestre, que tuviera las características comunes con nosotros necesarias, como para, desde ellas, poder ver todo lo distinto y absolutamente desarraigado de nuestras convenciones que "Es".
Una vida distinta, que se mueve de modo diferente, que entiende por "movimiento" otra cosa; "Revolución del Concepto de Movimiento", que piensa distinto sobre otros conceptos, que en verdad no son conceptos, sino "algo" que debiera recibir nuevos nombres; "Macroceptos" (invento una palabra); "Revolución del término "Concepto".
Y así; ¿cómo sería su cuerpo?; a lo mejor el concepto de cuerpo se caería esterpitosamente, y su alegría sería otra; a lo mejor sería algo como "gestión química sinérgica transcorporal superficial" (invento más cosas al azar)...
A esto me refiero.
Pocas veces, pocas personas han presenciado revoluciones como estas.
Pensemos en la escena del "mono" y el hueso que se transforma en herramienta ante él y por él en 2001 Una Odisea espacial; eso debió ocurrir alguna vez, no necesito haberlo visto para saberlo...
Y no necesariamente fue un monolito.
Te dejo un post que hace años escribí al respecto:
"Me inspiró la contemplación del monolito por parte de los pre-hombres de la película 2001 Odisea del Espacio"
Alberto: desde lo que te respondo estoy, virtualmente, concordando contigo y con la afirmación implícita de tu duda, de la que por cierto no puedo hacerme cargo completamente.
¿Quien cresta sería yo si me pusiera a predicar así tan suelto de cuerpo?.
Lenguaje, todo está en el lenguaje, y nada es como la película Los 10 Mandamientos esa, donde salía Charlton Heston; el mar no se abrió así, ni se convirtieron en serpientes los báculos, ni ardió el arbusto para hablarle literalmente, ni nada.
Todo fue simple y pura cotidianiedad, acaecida en un momento de la historia donde todo cobró, ante los ojos de los protagonistas (Ramsés, Moisés, sus seguidores, sus súbditos, etc)características sorprendentemente milagrosas, sobrenaturales y trascendentales.
Los arbustos no hablan, pero si su brillo, originado de una flama naturalemnte generada por el exceso de calor, puede trasladar al espectador a la potencia de una revelación concordante.
Subjetivamente concordante, y no por eso menos importante ni maravillosa.
Moisés buscaba respuestas en el lugar adecuado, con el espíritu adecuado, conciente de la misión adecuada. Surgieron, entonces, milagrosamente las respuestas.
Lo sorprendente del mundo concensuado de los hombres, no es sino la percepción extraordinaria de hechos absolutamente cotidianos, ordinarios e inclusive intrascendentes, si se los mira desde un distinto y acostumbrado punto de vista.
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