[La epifanía del Arcángel Gabriel,...
...redactada en un tono sumamente arcaico]
Ni estallido ni alarde inaugural, por su propia y vehemente catedral, cual si quien se diera apóstrofe en insigne acometida, para ser como si aquello en pos del brillo se decida, deslumbrara a su cuerpo en fortuna, sometida.
Ordenado si en su fuerza descendiera, pareciera que en blancura se nutriera, para estarse en su sino y su ceguera, que de pulso y de sentido construyera.
Y de trazo y de regazo te alumbrara, cuando a valles y cajones conformara, sin su toque ni su impronta te llamara, ya que el aire y su destino reclamara.
Por la forma y la quietud se desenfrena, por su mano que es fecunda y pasajera, cual eterna en tu flama se durmiera, con sus alas que son blanca fe sincera.
1 comentario:
Estimados:
Con este 11º escrito termino la serie "Hipnosis".
Distintas acometidas fueron, de las más diversas maneras y contextos asumidos, yendo desde la santidad de un arcángel hasta la perversión de un asesino en serie, pero tras todo esto estuvo siempre lo mismo, el deseo inminente de desvelar la transformación del lector por medio del texto que tiene ante sus ojos, todo en un contexto netamente artístico.
A futuro vienen otras series, no tan extensas, ni en versiones ni en palabras, pero creo que apuntarán a lo mismo, inspirado en aquella entrevista que vi una vez de uno de mis más admirados artistas, Antoni Tàpies, que aludiera a una utopía que portaba en su afán, relacionada con un colmo, acaso utópico, de sanar a quien tocara sus obras (comparándolas con los ex-votos católicos que cuelgan de diversas iglesias de España, o acaso de otros lugares que él conociera).
Entiendo por esta comparación sanadora a la potencia abstracta e intrínseca de la palabra (y de cualquier otra obra humana cargada de la impronta de la interna subjetividad desdoblada) de generar hechos en el mundo directamente relacionados con la arquitectura intrínseca de tales expresiones espirituales (acaso).
Mi búsqueda es seria, intenta ser profunda. De hecho intenta ser todo lo profunda y todo lo seria que se pueda desde la perspectiva de un hombre normal, desdibujado del toque de cualquier atributo inaugural, que acaso alguna vez podré alcanzar por medio del simple y constructor trabajo, no empecinado, pero si, espero, bien orientado.
Les agradezco a todos la atención que colocan en mis devaneos. Me comprometo a mejorar cada vez más, y ojala logre seguir sorprendiéndolos con nuevos caminos insinuados, negados o desplegados, pero siempre intentados.
Un abrazo
Sergio Meza C.
arquitecto, urbanista, escritor
Publicar un comentario