
La estructura de la historia central, perdonando la redundancia, es precisamente eso; pura historia, y geografía a la pasada, deformada o transformada a partir de hechos absolutamente reales, como que Armórica (actualmente perteneciente a Francia) nunca fue completamente conquistada por Roma, entre otros asuntos que les pasaré a describir a continuación desde mis percepciones y recuerdos. Tengan en cuenta, eso sí, que fuera Cayo Julio César (su nombre completo) en sus “Comentarios sobre la guerra de las Galias” (Comentarii rerum gestarum de bello gallico) quien dejara la mayor cantidad de información de primerísima fuente desde donde, me imagino, leyeron los autores.
Todo lo que viene es de pura memoria.

¿Qué es el pueblo en relación a Roma, visto en la equivalencia actual de los dominios, durante la plena vigencia de la Guerra Fría? (tengamos en cuenta que fue creado el cómic a fines de la década del cincuenta); la verdad nunca me lo había preguntado. Mi padre hablaba que aquel enclave representaba el orgullo francés, mal que mal vulnerado por momentos, en el paso marcial de un renombrado III Reich, desfilando apenas unos años atrás de la aparición de estos personajes, bajo el mismísimo Arco de Triunfo, ordenado erigir por Napoleón Bonaparte en persona.
El aludido pueblecito es hermoso; pequeñamente bello y ordenado a la escala más humana y acogedora que el dibujante pudo haber previsto, adonde sus habitantes son como una especie de familia “disfuncionalmente bien avenida”, con su herrero burlesco, su bardo carente del más mínimo talento y afinación, su jefe altisonante pero torpe, su anciano casado con el bombón del lugar y permanentemente puesto aprueba en su vigencia, su pescadero ineficiente que vende pescado descompuesto, y los subconjuntos transversales propios de todo pueblo chico, adonde campea el gran infierno de la cotidianeidad humana; “ellas” y sus vanidades; “ellos” y sus toscas aficiones; las machistas exigencias socio-económicas de las esposas sobre campechanos hombres, más preocupados de disfrutar la vida como viene que “como se debe hacer” para “aspirar a más”.
Borracheras, intrigas triviales, envidias, comidillas, aspavientos neumáticos y, en suma, humanidad pura y convencional, condensada y comprimida, ante la cual Julio César (sí; el de Bruto y su puñal) boga por penetrar, cual infante echando abajo las torres de cubos de sus compañeros de kindergarten, mediante, a título de ejemplo La Cizaña (memorable historieta esta, con el inefable personaje Perfectus Detritus, la intriga hecha hombre. En mi familia la opinión es unánime; el mejor episodio de la serie completa, que desgrana y descubre toda la miseria humana que portamos cual sangre o linfa que nos sostiene y nutre. “Cuando le condenaron a ser devorado por los leones, estos se devoraron entre sí”, le contaba a César uno de sus más cercanos en relación al inmundo hombrecito, núcleo de la historia que aludo, tramando cómo derribar al pueblo carcomiéndolo desde sus entrañas). Pero sigamos con las artimañas imperiales; el secuestro selectivo, el aburguesamiento excesivo, la sobre-tasación del valor por metro cuadrado de bosque adyacente, la reconversión cultural y económica, la ficticia sobre-demanda de menhires, las apuestas, …mientras varias guarniciones pobladas de legionarios pelmazos, mantienen ilusoriamente sitiado al pueblo, cual Cuba rodeada de acorazados en el incidente ya conocidos por todos en aquellos años.



Astérix y Obélix me presentaron a Europa y su historia inicial, junto a las características principales de sus habitantes actuales y su conformación geográfica previa a la civilización actual, llena de bosques eternos e impenetrables, todo “así como jugando y riendo”, mientras otras historietas solo hablaban de extraños paradigmas de eternos tíos y sobrinos difusos gobernados y mandados por otro tío avaro y enfermizamente mezquino, de los cuales nunca comprendí ni su sentido ni su razón de ser, siempre en estrictas relaciones de subordinación por el dinero y el poder económico, en escenarios abstractos, carentes de detalles y de paisajes irreconocible y difícilmente atribuibles a alguna realidad integral conocida, ni siquiera a título de contraste (ya Ariel Dorfman escribió “Para leer al Pato Donald” en 1971, adonde lleva a límites excesivos a mi parecer su análisis a este tema por medio de la omnipotente mirada política de esos tiempos, así que no entraré a analizar mucho más). ¡Cuanta diferencia!, desde esta suerte de jungla de referencias, calidad integral, alusiones certeras, informaciones y dechados de humor fino y elegante, adonde ni las películas hollywoodenses se salvaban de ser “subidas al columpio” de la broma y la burla, junto a políticos de la época, y otros actores relevantes.
Debo reconocer que las películas relacionadas que me ha tocado ver; “Astérix y Cleopatra” en dibujos animados, cuando niño y la otra más reciente protagonizada por Gérard Depardieu como Obélix, no son sino sombras limitadísimas y restringidas del cómic. Es el cómic lo interesante, no todo el resto de subproductos livianos y desechables.
Mucho de mi manera de hablar hoy en día proviene de Astérix y Obélix, los que, traducidos en España, me dejaron, a la vez, mucha sintaxis verbal y jerga hispana de esos años, que reconozco hasta el día de hoy; “esos romanos son unos tontainas”, y cosas así. Dichos, expresiones textuales, y hasta modos de pensar y de ver el mundo, así que…

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Notas:
1) Las imágenes fueron extraídas de los volúmenes de mi colección; la primera, del pueblito, y la segunda, de los piratas fracasados, de Astérix en la India, la tercera de Astérix en los Juegos Olímpicos y la cuarta de Astérix Gladiador, donde se aprecia, en una página completa, al Emperador romano en uno de sus acostumbrados ataques de ira, sacado de casillas por nuestros héroes. A su lado, de espaldas se distingue a Bruto, su hijo adoptivo, que tantos problemas le daría en el futuro. A sus pies, el lanista Cayo Obtusus.
2) Algunos personajes que recuerdo de memoria: Panoramix (el druida); Asurancetúrix (el bardo); Julio Cesar; Bonamina (esposa de Abraracurcix; a la sazón, Jefe del Pueblo); Vejestórix y en algunas versiones llamado “Edadepiedrix” (aquel anciano obsesionado con su vigencia y virilidad); Perfectus Detritus (Agente Romano Cizañero); Zebigboz (Jefe de un pueblo bretón); Cayo Obtusus (lanista del Circo Romano); Idéfix (el perrito de Obélix); Bruto (hijo del César, cuando aparecía estaba afilando su puñal); Numerobis (arquitecto chambón egipcio, si mal no recuerdo); Anguloagudus (colega romano del anterior); Falbala (único amor conocido de Astérix en “Astérix Legionario”); Ácidonitrix (personaje parecido a Perfectus Detritus, pero con más tintes de conspirador; Sopaconondas (colega legionario griego), y así.
3) A propósito, deben hacer más de diez años que no tomo una de estas historias (las tengo prácticamente todas), así que no pasa de esta semana que vuelvo a leer “La Vuelta a la Galia”, que fuera mi primera incursión.
8 comentarios:
Reconozco que aunque supe de este comic, nunca me meti en el. Absolutamente fascinante la belleza de los dibujos. Definitivamente me da la impresion que se produjo una especie de osmosis entre el sentido del humor desplegado en estas historietas y la mente de un pequeno Sergio :o) ... Aunque no te conozco personalmente, creo reconocer algunas cosas. Es un sentido del humor que personalmente disfruto muchisimo... como por ejemplo esa vignette de "Cuando calienta el sol..." :oD
Podria seguir comentando -con respecto al aspecto politico del asunto- pero me detengo aca... ha salido demasiado largo mi input. Me encanto tu post. Me acorde de cuando estuve en Europa hace unas semanas atras recorriendo los caminos y las ruinas de edificios construidos por los romanos cuando poblaron Alemania ... Bueno, me acuerdo de muchas cosas, pero basta de bla, bla ...
Saludos!
Lilian:
Lo que dices es exacto; parte de mi humor algo negro proviene de Asterix y Obelix; el tema de los piratas siempre naufragando me gusta mucho, y por cierto que lo he replicado en varias cosas que me voy imaginando por ahí. Donde Bradanovic siempre invento leseras, que suelen parecerse a todo esto.
Gracias por coemntar. este tema era una deuda con mis maestros del comic.
Increíble como algo que parece tan baladí como una historieta pueda marcar tanto.
Saludos y muy buen fin de semana.
(Gracias también por la cita de un texto mío en un pasado post tuyo).
Acerca de este tema podría estar posteando mucho más...
Me gustó mucho su post acerca del comic. Un tema de este tipo, cotidiano y con toques de humor me fue más grato y le va muy bien. Espero poder leer algun otro del mismo estilo.
Que esté Ud. muy bien.
Muchas gracias Victoria, te pido disculpas por no responderte, pero fui atu perfil en Blogger, para saludarte en tu blog, y descubro que no tienes, de eso a volarme y no decir nada en el mes de Mayo hubo un solo paso, que corrijo por medio del presente.
No creo escrbir cosas así muy a menudo, lo mío es la experimentación sintáctica; eso es lo que me apasiona.
Ola Sergio, este es nada mas que el mas sensible homenaje que è leido sobre Asterix y sus autores, tanto más si pienso al hecho de que este homenaje esta echo por una persona que leyó a Asterix en español.
Te felicito.
Muchas gracias Momo. Compartimos una misma afición, que en mi caso ya es una especie de identificación.
Saludos cordiales desde Chile y hacia Suiza.
Astérix en Helvecia es uno de los mejores, con su corrupto funcionario aficionado a las orgías.
Entrañable y reveladora historia para mí. Es un placer leerte.
Saludos.
Gracias Alberto, pero supongo que conocías a estos personajes...(?)
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