[©SmcArq] Inabarcable por esencia, ya no me preocupa decir nada definitivo de un arquitecto imposible de rodear con el pensamiento.Baste un comentario; las torres literalmente caen hacia adentro, piedra por piedra, en su conformación, de manera tal que no solo son estables, sino que su estabilidad surge de una inestabilidad compensada ad infinitun, por decirlo de una manera florida, y tal característica es parte elocuente de su presencia, espiralada en su recorrido convergente.
La caida de las torres configuran un eje inmaterial central, que es el depositario gravitacional de todo el drama estructural elocuente.No veo hacia atrás en la historia a sus antecesoras, por muy góticas que otras sean, por mucha altura que otras torres, agujas o atalayas posean.
Reitero, Gaudí es inabarcable, pero se puede acometer por partes, a riesgo de toparse también con interminables interpretaciones, fruto de su dinámico, integral y audaz diseño arquitectónico-ingenieril.
En Gaudí la forma es la estructura, por mucho que adose, pegue, adhiera o agregue formas menores, hijas de la impronta general (o no).
Eligió guardar silencio, digo yo, a sabiendas que las palabras no eran parte de su apuesta magníficamente misteriosa, perfecta, vertical, inclinada y arbotadamente subrepticia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario