viernes, 8 de febrero de 2008

Valparaíso y la observación arquitectónica

[De mi antigua bitácora. Fecha original de Publicación 4 de Septiembre de 2006]

Ver también este post

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1
[Estudiar arquitectura en Valparaíso es como estudiar arqueología en Atenas]


Nos formaron en mi facultad en torno a la capacidad de observar el espacio real. Pero este “observar” no alude a ese “mirar con atención” para simplemente agregar algunas palabras “inteligentes”. Este “observar” implica decir algo en torno a unos apuntes de dibujo que reflejan lo que se vio; y eso que se vio es abstracto en cuanto recoge, del infinito contenido de lo que se percibe, solo aquello importante para la Síntesis de comprensión tridimensional.

Entonces observar arquitectónicamente implica hablar algo, en base a aquello que en dibujos se apuntó, pero con la agudeza tal que sea capaz de revelar originalmente aquello que no solamente termina por ser objetivo, sino que además es intrínsecamente creador, en cuanto propone y establece reglas para comprender y representar lo que se percibe, y que a la vez permite “conformar” en el espacio elementos que recojan estos principios observados.

Entonces nos mandaban a dibujar a la ciudad, pero no para “ir soltando la mano para ponernos más buenos para el dibujo”, sino que para ir consolidando una unión del cerebro con el ojo y con la mano, por decirlo de alguna manera. Piensen en Leonardo así como un colmo excepcional de lo que digo; él pensaba dibujando desde lo que veía.

Para aproximarse hacia donde apunto, vean el croquis siguiente:


Cuando lo dibujé (el original de esta versión copiada debe medir unos cincuenta por cincuenta centímetros y tardé en hacerlo, creo que más de una hora sentado en la cuneta exterior) quise recoger la amplitud que se hace contemplable;…

…de alguna manera este espacio ubicado en la quebrada de los cerros Las Cañas y El Litre de Valparaíso, realizado por ahí por 1988, se abre “para ser visto” (aludo a una cierta intencionalidad del Paisaje queriendo expresar en realidad que se hace evidente una cualidad del lugar), y es de esta manera que cuando se pasa frente a él, lo más natural es pasar mirando la profundidad hacia el cerro, porque ella es amplia, distante, diversa y compleja a la vez. Lo contrario ocurría cuando se bajaba por la misma quebrada, ya que en ese tránsito lo más normal era ir mirando el mar y la bahía.

Entonces desde esta doble manera de estar en un mismo espacio, pude aludir preliminarmente al “acto” que sintetizaba lo que veía y recogía; llamé a esto en principio una “frontalidad contrapuesta” de quienes pasaban con respecto a quienes bajaban.

¿Se dan cuenta que esta “frontalidad contrapuesta” habla inmediatamente de una cierta regla espontánea, objetiva y reveladora, para quienes están en ese sitio, que en definitiva permite ir a formas arquitectónicas que recojan esta “frontalidad contrapuesta”, para lograrla, para evitarla, para sugerirla, para consolidarla, para eliminarla, etc., según sea la valoración que de esto observado se haga?. Todo en base, por supuesto, al encargo que se tenga; ¿una casa?, ¿una sede social?, ¿un atrio?, ¿un estadio?; ¿y adonde?; ¿en un espacio inverso al que se ve en el croquis de más arriba en cuanto plano y no enfrentado?, ¿en una situación similar pero en otro lugar?; ¿en el mismo lugar?

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2
[Ciudad de ejemplos y contraejemplos]


En una ladera de Playa Ancha, Valparaíso, descubrí esta casa (1989). Ella tenía algo valorable y rescatable arquitectónicamente; se planteaba en una suerte de “espacialidad doble” y complementaria en esto de “ajardinar la pendiente que está debajo de la casa y en su borde desarrollar la escalera, así como para subir con el jardín a la izquierda como espacio para ver e incorporar al recorrido. Llegando arriba estaba la casa, común y silvestre por decirlo de alguna manera, pero dispuesta con su balcón (que a la vez era el techo del jardín de la subida) para “estarse ante la bahía”, como no, que es lo que busca la mayoría de los porteños).




A contraejemplo vean esta otra construcción



Ella “se planta” “con todo desparpajo” en la ladera y la desconoce y aparta de su fin que es dar lugar a la vida de las personas. Cuando se pensó esta casa, es probable que “no se haya visto” esta ladera como algo más que un obstáculo, entonces se ponen los tres pilares, se hace la losa, y se está ante el puerto con “sensibilidad cero” ante la doble espacialidad que la casa del primer ejemplo manifiesta y alcanza.

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3
[Una condición de habitar los cerros llevada a su máxima plenitud]


En el ejemplo del post 1 (que corresponde al croquis que repito antes de estas palabras, pero en tamaño más reducido), se ve un hecho que es común en Valparaíso y que es el siguiente: los fondos de quebradas, por la necesidad de terraplenarlas para el paso del camino de cintura que recorre gran parte de la ciudad a medio cerro, deja explanadas hacia el fondo, que son ocupadas de diversas maneras. Un modo común es la habilitación de solares artificiales; unos se quedan como Bienes Nacionales de Uso Público (plazas, caminos o calles) y otras se constituyen como propiedad privada. El caso arriba expuesto es un ejemplo de lo primero, donde, en esos años, se usaba el gran terraplén resultante como cancha de fútbol espontánea y como pasada de quienes bajaban desde las laderas de ambos cerros hacia el “plan de Valparaíso”.Una vez, en esa misma década, me tocó ver al Circo Timoteo de esos años instalado en el lugar (que no era más que unos carros de lata y jirones de carpas al viento).
Auditorio "Alfredo Guillermo Bravo"
de la I. Municipalidad de Valparaíso
¿Pero adonde voy con todo esto?; pasa que las personas que viven en las laderas convergentes quedan en una situación muy privilegiada cuando estos modos de ocuparlas se van consolidando, ya que sus casas son la galería preferencial de un anfiteatro natural transformado por el hombre. Y las casa de las laderas, que no las que quedan en franca contemplación de la bahía, tienen un espectáculo múltiple, pues ven el mar, ven las casas de los cerros del frente y ven el fondo de la quebrada con todo lo que en ellas ocurre.

Un colmo de esto último es lo que les mostraré a continuación:



Debo reconocer que es un croquis de memoria, y por ello no es exacto, pero grafica lo que percibí en su oportunidad en un club deportivo* ubicado al lado poniente del cerro donde se encuentra el Hospital Alemán de Valparaíso. Este club hizo su cancha al fondo del encuentro de dos laderas, cerró el lugar e hizo de la explanada resultante del terraplenar la quebrada, el espacio de la cancha de su club, y arriba quedaron las casas, como espectadoras de todo cuanto sucede en ese lugar. Ya me imagino los Domingos, cuando se dan los partidos de fútbol importantes, y los vecinos se pueden estar ante la cancha, gratuitamente en el más pleno de los sentidos de esta palabra, asistiendo a las finales de barrio con todo su gentío. Y por fuera la calle, con las colas de vecinos menos afortunados haciendo cola para pagar su entrada al evento.

En el esquema siguiente se grafica todo lo aludido:



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4
[Otra manera de ocupar la pendiente en base a descender construyendo.


Un día volveré a la quebrada de Las Cañas con el Litre a ver como va la aventura de esta quebrada, casi veinte años después de observar estas cosas]






La ladera que se muestra en el croquis, es el lado poniente del cerro Las Cañas de Valparaíso, hacia su quebrada con el cerro El Litre (todavía recuerdo que desde ese mismo cerro me gritaba un “Longhi”, que dejara la chaqueta o “te vai a ite con la guata colorá”, mientras aspiraba una bolsa con adhesivo disuelto en benceno). En fin. Apurado dibujé, ya eran dos o tres días que iba al lugar y no siendo de los más seguros, preferí “virar” antes que la suerte me dejara de acompañar. Pero bueno, en el lado derecho del dibujo se ve una primera aproximación a lo que desarrollaré preliminarmente en este post; se trata de la construcción en quebradas que se amplían hasta llegar a la otra calle inclusive, la de abajo, quedando los terrenos en una situación privilegiada, ya que pueden hacer vida por una calle y por otra, pudiendo segregar el uso de las construcciones desde ambos accesos, el superior y el inferior. Y como las construcciones se van escalonando, todas las dependencias van quedando con vista y amplitud, y arriendan por abajo y viven por arriba, o por abajo tienen el negocio y la vivienda al medio y arriendan un local en la parte de arriba, y así decenas de casos diferentes, pues hay inclusive situaciones donde, por el medio de estas construcciones escalonadas, atraviesa un pasaje peatonal y también se dan salida por ahí, y entonces la casa es alimentada por otra puerta y la convivencia es muy rica entre los vecinos y los clientes y los que pasan. Pienso en otras ciudades, “amanzanadas” con el patio atrás, el antejardín adelante y la casa al medio, un vecino a un lado y otro vecino al otro lado, y así ad-infinitum, todos viviendo en el espacio de igual manera, homologados, y atrapados en una objetividad que no tiene relación con quienes habitan. Valparaíso es al revés; todo es multiplicidad, subjetividad, inventiva, recoveco, aprovechamiento del cerro inclusive excavándolo, para dejar Estar y Comedor en una suerte de “acavernamiento” que transforma estos lugares para ir desde “dentro del cerro” y luego asomarse al balcón y quedarse fuera de la casa metido en la quebrada, ante una bahía de kilómetros amplitud.

Los ejemplos se pueden multiplicar por cientos. Hay barrios en los que cada casa es un caso diferente.



Este caso en particular está cerca de la cancha de “fondo de quebrada” de la que hablé en un post anterior. Es un caso típico del estado inicial de la explosión de multiplicidad que sucede en los predios de los cerros de Valparaíso, donde, una vez llegadas las casas desde una calle de arriba a la otra de abajo, se desencadena el uso de suelo diverso y coordinado.

Creo que también , la próxima vez que vaya al lugar, me fijaré en qué va la aventura de sus dueños en la toma de la pendiente, a más de quince años transcurridos.
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P.S.:

* El "club" aludido no era tal. El lugar se llama "Auditorio Alfredo Guillermo Bravo", y es de la I. Municipalidad de Valparaíso. El día de hoy, Domingo 17 de Julio de 2011, pasé por ahí, y buen cuidado tuve de memorizar este nombre.

5 comentarios:

Pau! dijo...

Hola
soy estudainte de la Carrera de arquitectura de la UV
estoy en taller de primer año, y la verdad es que ha sido un gran problema el saber contruir una observacion, lei lo que has escrito, pero me gustaria saber si puedes escribir más acerca de esto
y asi lograr un poco de ayuda...
lo agradeceria..
Adios.

Sergio Meza C. dijo...

Anda a mi antiguo Blog

http://smcarq.bitacoras.com/
archivos/2006/09/04/
valparaiso-y-la-observacion-arquitectonica-1

(La dirección va toda junta, sin espacio ni saltos, lo que pasa es que si no la corto, sale trunca en la ventana del comentario)

En ese post, hay un link al final, a la segunda parte y a la tercera y a la cuarta parte, si no me equivoco.-

Saludos y suerte (¿estudias en la UV de Rengo?)

Sergio Meza C. dijo...

Lo que tengo ya lo señalé en el comment de más arriba; suerte.

En mi Bitácora anterior de http://smcarq.bitacoras.com ; ahí están los 4 posts sobre el tema.

Pau! dijo...

No, estudio en Valparaiso!
En verdad Gracias
espero poder seguir haciendo preguntas XD!

Sergio Meza C. dijo...

A los futuros visitantes de este post...

Estimados:

Dada la gran cantidad de visitas que recibo hacia este post, he concentrado los 3 posts relacionados en este mismo lugar.

Saludos y suerte.

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